“La larga espera afecta emocionalmente a las personas migrantes en México”

Un hombre caminando entre las tiendas de campaña de un campamento para personas migrantes en Reynosa.
Un campamento de personas migrantes en Reynosa © MSF

Cristina Romero es una médica mexicana que desde hace tres años trabaja con Médicos Sin Fronteras (MSF) brindando asistencia a las personas migrantes en Reynosa y Matamoros, México. Desde sus diferentes roles en el proyecto ha visto de cerca los cambios de contexto y las afectaciones físicas y emocionales que sufren las personas migrantes por cuenta de las políticas restrictivas y criminalizantes de los gobiernos de Estados Unidos y México en la frontera.  

En esta entrevista hace un diagnóstico de la situación actual. 

Desde que iniciaste hasta ahora, ¿cuáles han sido los principales cambios que has visto respecto a la movilidad en esta zona? 

Los principales cambios generalmente se deben a las modificaciones en los procesos migratorios que impactan mucho la movilidad de las personas. Ha habido momentos muy marcados en la frontera donde se han visto grandes aumentos de población, por ejemplo, cuando estaba el proceso del Migrant Protection Protocol (MPP) en 2019, cuando se implementó el Título 42 en 2020, y también a partir de la activación de la aplicación de CBP One en 2023.  

¿Cuál es la situación actual en esta zona? 

Actualmente estamos viendo una disminución de la población migrante en Reynosa y Matamoros. Los albergues en donde brindamos servicios médicos y psicosociales se encuentran a menos del 50% de su capacidad, aproximadamente hay 2, 000 personas en este momento, cuando en otros periodos hemos visto hasta 8,000 personas entre ambas ciudades. Sin duda es una situación que no hemos visto antes y que puede responder a los altos índices de violencia contra las personas migrantes en esta zona, que hace que eviten llegar a estos puntos por los riesgos de seguridad que implican. 

 

¿Qué observan los equipos en sus actividades?  

Hay personas que llevan más de ocho meses en espera para poder aplicar a un proceso de solicitud de asilo a través de la herramienta CBP One y esto puede repercutir en la parte emocional, que se manifiesta en miedo, desánimo, sentimientos de tristeza y desesperanza. En las personas también hay mucho miedo de ser secuestrados, de vivir algún tipo de violencia física, inclusive violencia sexual, por los grupos que se encuentran acá. 

También el clima en este momento agrega más factores de riesgo. Reynosa y Matamoros son lugares de climas extremos. En este momento hay mucho calor y algunas de estas personas no están acostumbradas a ello y por ello sufren de golpes de calor. También, por las difíciles condiciones de hábitat, vemos casos de diarrea, infecciones de las vías urinarias, infecciones en la piel, infecciones gastrointestinales, entre otras afectaciones. 

 

¿Cuáles son las principales necesidades que están atendiendo los equipos de MSF?  

En los lugares donde brindamos nuestros servicios las principales necesidades van enfocadas a la atención de las consecuencias de la violencia y la violencia sexual, específicamente tras un secuestro. También priorizamos la atención a mujeres embarazadas, a quienes les ofrecemos iniciar un control prenatal y posteriormente colaborar con las instancias de salud para garantizar un parto adecuado y digno. También brindamos consejería y métodos de anticoncepción a las mujeres que quieren y que necesitan este tipo de atención. 

 

Personas migrantes reunidas en Reynosa, México.
Reynosa, México © MSF

 

¿Cuál es el impacto de la violencia sobre la salud de las personas migrantes?  

Algunas personas, aparte de haber vivido este evento de violencia extrema, también son sometidas a algunas ocasiones a tortura, malos tratos, inclusive psicológicos. La violencia tiene una grave repercusión en la salud física y mental, sobre todo la violencia sexual.  Todo ello lleva a riesgos de contraer enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, así como a situaciones de estrés agudo que puede evolucionar inclusive a un estrés postraumático, ya que algunas personas vienen ya con síntomas desde sus países porque han vivido algún tipo de violencia. Para MSF es muy importante brindar asistencia integral a sobrevivientes de violencia sexual y atender las necesidades en salud mental. 

 

¿Cuál es la situación de los niños y niñas migrantes que atiende MSF? 

Las infancias son afectadas durante el proceso migratorio. Niñas, niños y adolescentes pueden experimentar ansiedad y preocupación antes del viaje debido a la incertidumbre y a la separación de amigos y familiares. Durante el viaje, afrontan cambios en el estado de ánimo debido al estrés y la fatiga del recorrido, además de la exposición a situaciones traumáticas derivadas de la violencia, incluso sexual, que se encuentran acá y a lo largo de la ruta. Además, por estar en tránsito desde hace mucho tiempo, no han tenido oportunidad de vivir su niñez, de poder acudir a una escuela. Entonces vemos niños y niñas que han perdido estas oportunidades de jugar, de aprender y por ello van a tener un impacto negativo en su desarrollo físico y emocional. 

 

¿Qué tan informadas están las personas migrantes de los trámites migratorios cuando llegan aquí?  

En ocasiones hay mucha desinformación. Sabemos que en estos intentos de tener un proceso migratorio más controlado a través de herramientas como la aplicación CBP One también hay personas que se quedan fuera. Esta aplicación tiene varias restricciones porque no funciona en todos los lugares de la República Mexicana, debe de haber una geolocalización, tiene que ser cerca de la frontera, y esto ya es una limitante. El idioma, la localización, el acceso a un teléfono de gama alta que pueda soportar esta aplicación para que ellos puedan aplicar, y los recursos para poder pagar un acceso a internet. Todo esto aparte de la desinformación de lo que es un proceso de asilo, que muchas veces no existe este conocimiento sobre quién puede aplicar a este y cómo hacerlo. 

 

¿Cuál sería tu mensaje final después de haber estado durante este tiempo trabajando con población migrante?  

Todas las personas tienen derecho a poder migrar, a poder buscar un mejor lugar donde haya menos situaciones de violencia, donde haya mayor acceso a oportunidades de trabajo, a servicios de salud, oportunidades para tener un mejor entorno biopsico-social. Estas personas son muy valientes, gestionan sus propios recursos para poder llegar desde lugares muy lejanos, enfrentándose a situaciones que ponen en riesgo su bienestar físico y emocional, pero aún así sacan fuerzas para poder llegar a su destino. Me impresiona la perseverancia que tienen, pese a todas las situaciones desalentadoras, mantienen la esperanza de poder encontrar una mejor calidad de vida para ellas mismas y para sus hijos.

Me emociona cuando logramos conocer las historias de las personas que finalmente lo logran, que ya están con sus familias en su lugar de destino en Estados Unidos y que esa es su mayor esperanza y que finalmente se cumple. 

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