La población del estado de Jartum está privada de servicios vitales

MSF continúa con la mayoría de sus actividades que estaban en marcha antes del inicio del conflicto. en Sudán
Campo de Fadasi Wad Madani - Estado de Al Jazeerah. © Fais Abubakr

En los últimos meses, la población del estado de Jartum, en Sudán, se ha visto cada vez más privada de atención sanitaria. Muy pocas instalaciones médicas siguen funcionando, lo que deja a tres millones de habitantes sin servicios médicos vitales.

Por primera vez en más de 90 días, se ha concedido un número limitado de permisos de viaje al personal humanitario para acceder a las zonas controladas por  las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Anteriormente, no se había concedido ningún permiso de viaje a Jartum desde el 1 de octubre. Médicos Sin Fronteras (MSF) pedimos a las autoridades sudanesas que garanticen que no se restablecen estas restricciones, con el fin de evitar más pérdidas de vidas humanas.

“A pesar del éxodo de Jartum debido a los combates, todavía hay un gran número de personas que, o bien no pudieron permitirse huir, o no pudieron hacerlo debido a la vulnerabilidad o la inseguridad, y que ahora luchan por acceder a tratamiento crítico, explica Jean-Guy Vataux, coordinador general de MSF en Sudán.

En Jartum, solo unos pocos hospitales están operativos y el precio de los medicamentos esenciales sigue subiendo. Nuestros equipos en el Hospital Turco reciben más de 100 pacientes al día, en su mayoría niños, niñas, y mujeres embarazadas. Muchos llegan en estado crítico, en fases avanzadas de la enfermedad, tras haber asumido el riesgo calculado de viajar hasta el hospital, a veces durante kilómetros a pie y a través de las líneas del frente, ya que no hay servicio de ambulancias y hay muy pocas opciones de transporte disponibles.

MSF continúa con la mayoría de sus actividades que estaban en marcha antes del inicio del conflicto. en Sudán
Campo de Al Zahra, en Wad Madani. © Fais Abubakr

 

Una niña de 4 años fue traída a urgencias tras ser alcanzada en el abdomen por una bala perdida que entró en su casa”, cuenta Vataux. “Su madre la llevó a otros tres hospitales antes de que finalmente pudiera recibir tratamiento quirúrgico en el Hospital Turco. Tuvimos otro caso trágico en el que cuatro niños estaban jugando con un cohete sin detonar. No sabían que se trataba de un objeto peligroso hasta que les explotó en las manos. Los llevaron de urgencia al hospital, y dos de ellos necesitaron cirugía abdominal urgente“.

En el hospital de Umdawanban también falta oxitocina, esencial para muchas mujeres durante el parto. Uno de los miembros del personal describe escenas traumáticas en la unidad de pediatría, ya que los niños y niñas con enfermedades crónicas como la diabetes no encuentran insulina y a menudo están a horas de morir cuando por fin llegan al hospital. “Antes de que MSF estableciera nuestros servicios aquí, los niños de Umdawanban no tenían acceso a atención pediátrica y, por tanto, ninguna posibilidad de sobrevivir. Hoy vemos menos muertes infantiles, pero ahora nuestro equipo médico se reduce al mínimo en el hospital. Las madres y los niños siguen en situación de riesgo, especialmente cuando padecen enfermedades crónicas como hipertensión, problemas de tiroides o epilepsia, que requieren medicamentos difíciles de encontrar tanto para los colegas de MSF como para los del Ministerio de Salud”.

En el Hospital Universitario de Bashair, al sur de Jartum, nuestro coordinador médico Slaymen Ammar explica: “El equipo de aquí ha atendido más de 6,100 consultas en urgencias en los últimos seis meses. Es uno de los pocos hospitales en funcionamiento para la comunidad del estado de Jartum, un salvavidas para muchos, pero empezamos a echar de menos lo esencial. Por ejemplo, las existencias de guantes médicos y antisépticos para limpiar heridas son tan escasas que proporcionar incluso la atención médica más básica se está convirtiendo en un reto”.

“Recuerdo a un niño de un año que resultó herido y perdió a su padre por la explosión de una bomba. Estaba en estado crítico, pero nos sorprendió a todos cuando se recuperó tras dos meses de cuidados en la sala de traumatología. Cuando el niño recibió el alta, su madre -ahora viuda- no tenía adónde ir y pasó tres días intentando encontrar transporte para salir de Jartum y reunirse con sus familiares en Darfur”.

Varios de nuestros equipos se enfrentan a graves dificultades para mantener abiertos sus servicios, en gran parte debido a las restricciones administrativas sobre los permisos de viaje del personal.

“Mientras nuestros equipos siguen haciendo frente a la horrible afluencia de víctimas, las restricciones a la circulación de personal médico esencial y otro personal humanitario en Jartum durante muchos meses impidieron que la gente pudiera recibir tratamiento vital para las heridas, y tratamiento para enfermedades totalmente prevenibles”, dice Vataux.

“La demanda de servicios sanitarios en Jartum no ha hecho más que aumentar desde la violencia en la que se vio envuelto el estado de Al Jazeerah a mediados de diciembre. Esto provocó que muchos centros de salud de Wad Madani, la capital del estado, dejaran de funcionar, y también que muchas personas regresaran a Jartum. Aunque acabamos de recibir permiso para volver a Wad Madani, lo que es una noticia positiva, era la primera vez desde hace más de 90 días e instamos a las autoridades sudanesas a que faciliten nuestro acceso a los estados de Jazeerah y Jartum de forma regular para que podamos atender las necesidades cada vez mayores de la población”.

MSF traslada a paciente para recibir tratamiento médico. Sudán del Sur
Nyamal Duop Gatluak regresa en un vuelo de MSF a Old Fangak, después de recibir tratamiento por una fractura en el hospital de MSF en Bentiu. Le acompaña su hermano Jal Duop Gatluak. © Florence Miettaux

Trabajamos en Sudán desde 1979. Actualmente trabajamos en nueve estados de Sudán. Esto incluye la ciudad y el estado de Jartum, Nilo Blanco, Nilo Azul, Río Nilo, Al Gedaref, Darfur Occidental, Darfur del Norte, Darfur Central y el estado de Darfur del Sur.

Nuestros equipos en Sudán atienden a heridos de bala y explosiones, enfermedades transmisibles y no transmisibles, atención materna y pediátrica. También realizan clínicas móviles en campos para personas desplazadas y hospitales en campos de refugiados, suministro de agua y saneamiento. Brindan apoyo a los centros de salud mediante donaciones, incentivos al personal del Ministerio de Salud, formación y apoyo logístico. MSF también mantenemos la mayoría de las actividades que realizábamos antes del inicio del conflicto.

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