Las deficiencias en la atención médica amenazan vidas a medida que aumenta la violencia en Sudán del Sur

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Arual Manyok y su hija Adit Ayuel se sientan en un banco frente a su refugio en un campamento de desplazados. Sudán del Sur, octubre de 2024.
Arual Manyok y su hija Adit Ayuel se sientan en un banco frente a su refugio en un campo de personas desplazadas. Sudán del Sur, octubre de 2024. © Paula Casado Aguirregabiria/MSF
  • En medio de la creciente violencia y la disminución de la financiación de la ayuda, el sistema de salud de Sudán del Sur está al límite de su capacidad.
  • Las comunidades enfrentan crisis sobrepuestas, incluyendo conflictos, inundaciones y brotes de enfermedades, mientras que los centros de salud sufren una grave escasez de personal y medicamentos.
  • Es urgente aumentar la financiación y la asistencia nacionales e internacionales en Sudán del Sur para apoyar las necesidades médicas y humanitarias.

La población de Sudán del Sur se enfrenta a una situación humanitaria que se deteriora, al mismo tiempo que el interés y el apoyo internacionales siguen disminuyendo, afirma un nuevo informe de Médicos Sin Fronteras (MSF), Abandonados en medio de la crisis: escalada de violencia y colapso de la atención médica en Sudán del Sur.  

 

El centro de salud que Médicos Sin Fronteras (MSF) tenemos en la ciudad de Pieri fue alcanzado durante un ataque aéreo en la mañana del miércoles 3 de diciembre, en el estado de Jonglei, Sudán del Sur.
El centro de salud que MSF tenemos en la ciudad de Pieri fue alcanzado durante un ataque aéreo en la mañana del miércoles 3 de diciembre, en el estado de Jonglei, Sudán del Sur. © Frederic Seguin/MSF[/caption]

 

Basándose en datos médicos rutinarios, así como en testimonios de pacientes, cuidadores, miembros de la comunidad y personal médico que viven en las zonas donde trabaja MSF, el informe comparte el impacto humano de un sistema de salud y una respuesta humanitaria precarios.

“El sistema de salud de Sudán del Sur está al límite de su capacidad”, afirma la Dra. Sigrid Lamberg, jefa de operaciones de terreno de MSF en Sudán del Sur. “En todos los lugares donde trabaja MSF, nuestros equipos son testigos de enormes deficiencias en los servicios de salud”.

“Los centros de salud no funcionan o carecen de recursos suficientes. La escasez crónica de medicamentos y personal implica que las personas mueren de enfermedades prevenibles y tratables”, añade la Dra. Lamberg. “Los centros de salud necesitan apoyo sobre el terreno, no solo en teoría”.

Este año, la violencia entre las fuerzas gubernamentales y de oposición, y los grupos armados no estatales aumentó drásticamente, marcando la peor escalada desde la firma del acuerdo de paz de 2018. La escalada de violencia, los ataques a las instalaciones de salud por parte de todas las partes en el conflicto y las restricciones de acceso están impidiendo aún más la prestación de atención médica y ayuda. Según la ONU, desde enero, nuevas olas de violencia han desplazado a más de 320,000 personas y 2,000 han muerto. En Malakal, entre abril y noviembre, los equipos de MSF trataron a 141 pacientes con traumatismos, incluyendo mujeres, niñas y niños, la mayoría con heridas de bala. 

En flagrante violación del derecho internacional humanitario, 2025 también vio un fuerte aumento de los ataques a las instalaciones de salud por parte de todas las partes en el conflicto. Solo MSF experimentó ocho ataques selectivos contra nuestras instalaciones y personal en los estados de Equatoria Central, Jonglei y Alto Nilo, forzando el cierre de dos hospitales en Ulang y Old Fangak. El 3 de diciembre, nuestras instalaciones fueron alcanzadas por un ataque aéreo en Pieri, estado de Jonglei. Ese mismo día, después de Pieri, los equipos de MSF presenciaron nuevos ataques aéreos en Lankien, donde también gestionamos centros de salud.

 

MSF comenzó a apoyar el hospital Old Fangak en el estado de Jonglei, Sudán del Sur, en 2014, para brindar atención de nivel hospitalario a comunidades remotas.
MSF comenzó a apoyar el hospital Old Fangak en el estado de Jonglei, Sudán del Sur, en 2014, para brindar atención de nivel hospitalario a comunidades remotas. Paula Casado © Aguirregabiria/MSF[/caption]

 

Las comunidades se enfrentan a múltiples crisis sobrepuestas: conflicto, desplazamientos a gran escala, inundaciones, desnutrición y brotes de enfermedades, incluyendo el mayor brote de cólera en la historia del país. Sin embargo, el apoyo internacional siguió disminuyendo en 2025, a pesar del empeoramiento de las condiciones de vida de las personas y el acceso a los servicios esenciales.

El Proyecto de Transformación del Sector Salud, una iniciativa de múltiples donantes lanzada en julio de 2024, sigue siendo el principal vehículo de Sudán del Sur para la prestación de servicios de salud. Liderado por el gobierno, con la OMS, UNICEF y otros socios, el proyecto inicialmente tenía como objetivo apoyar a 1,158 centros de salud en 10 estados y tres áreas administrativas. Sin embargo, debido a limitaciones de financiación, actualmente solo 816 centros reciben apoyo del programa, e incluso estos aún enfrentan una escasez persistente de medicamentos y personal.

“Viajé desde Keurdeng; tardé una hora”, dice una cuidadora en Toch. Hay un pequeño centro de salud [en Keurdeng], pero no tiene todos los medicamentos; a veces se acaban muy rápido. Llevé al niño al centro de salud, pero no había medicamentos.   

La malaria sigue siendo un problema importante y continúa siendo la principal causa de morbilidad y mortalidad en Sudán del Sur, en particular entre las mujeres y los niños.

A pesar de ello, por segundo año consecutivo, en 2025 se produjeron desabastecimientos nacionales de medicamentos contra la malaria durante la temporada alta. Sin un tratamiento oportuno, la malaria puede volverse mortal rápidamente. Entre enero y septiembre de 2025, los equipos de MSF trataron a 6,680 personas con malaria grave que requirieron hospitalización.    

Durante años, la población de Sudán del Sur se ha enfrentado a algunas de las mayores necesidades médicas y humanitarias del mundo. En 2025, la situación en Sudán del Sur ha empeorado significativamente. El aumento de las necesidades exige medidas urgentes: los donantes internacionales deben cumplir sus compromisos de apoyo a las iniciativas médicas y humanitarias, y las deficiencias de los programas existentes deben abordarse con urgencia. 

Como mínimo, es necesario garantizar la entrega oportuna de medicamentos, suministros y salarios esenciales para el personal médico. En medio de la escalada de violencia, es fundamental garantizar el acceso humanitario, la protección de la población civil y el respeto a las instalaciones médicas. MSF insta al gobierno de Sudán del Sur a aumentar el presupuesto nacional de salud, de acuerdo con su compromiso, adquirido en la Declaración de Abuja, de asignar el 15% a la salud. Actualmente, solo el 1,3% del presupuesto nacional se destina a la salud. 

“La situación en el país es catastrófica”, afirma Lamberg. “Las necesidades urgentes de la población de Sudán del Sur exigen una acción coordinada, un compromiso renovado y una auténtica solidaridad internacional. El mundo no puede mirar hacia otro lado, especialmente ahora”.

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