Las inundaciones en Sudán del Sur causan picos de malaria y dificultan la atención médica 

Las aguas estancadas por las inundaciones en Sudán del Sur causan picos de malaria y dificultan el acceso a la atención médica. 

Las inundaciones en Sudán del Sur causan picos de malaria y dificultan el acceso a la atención médica
Gabriel Kalany, supervisor del departamento de pacientes ambulatorios de MSF, identifica a los pacientes llevará el barco ambulancia desde la aldea de Toch al hospital de MSF en Old Fangak, en el estado de Jonglei. © Manon Massiat/MSF

En el estado de Jonglei, al noreste de Sudán del Sur, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) llevan en lancha ambulancia a cuatro pacientes en estado crítico al hospital de MSF en Old Fangak. Entre las personas que viajan en la embarcación, Nya Sibet Mar sostiene en brazos a su hija de dos años, Nya Thor, que padece malaria grave. 

Es la segunda vez que Nya Thor se contagia de malaria. Según su madre, cada vez más personas enferman de malaria desde las fuertes inundaciones, que comenzaron en 2019.

“Hace dos años nuestra casa se inundó completamente. Tuvimos que buscar otro lugar”, dice Nya Sibet Mar. “Llegamos a Toch, pero como hay más agua que antes, vivimos rodeados de mosquitos. Ahora vemos muchos casos de malaria en comparación con los que había antes de las inundaciones”.

En Old Fangak, nuestros equipos registran un gran número de casos de malaria, especialmente entre niñas,  niños y mujeres embarazadas. Desde principios de agosto de 2023, de un promedio de 200 consultas por día, alrededor del 75 por ciento de ellas resultan en casos positivos de malaria. Cada día, nuestros equipos admiten entre 10 y 15 pacientes con casos graves de malaria.

Nya Thor, de 2 años. Fue ingresada en la sala de pediatría del hospital de MSF en Old Fangak. Tiene malaria y desnutrición. © © Manon Massiat/MSF

 

En el hospital, los equipos de MSF atienden casos de malaria graves y no complicados, y pueden proporcionar medicamentos contra la enfermedad. Pero también pueden tratar complicaciones como vómitos intensos, fiebre alta, convulsiones, neumonía, anemia y desnutrición. Nya Thor sufre complicaciones. Ingresada en la sala de pediatría del hospital de MSF, recibe tratamiento tanto para la malaria como para la desnutrición.

“Las inundaciones recurrentes han agravado la desnutrición en el estado de Jonglei. Han destruido cultivos y ganado, y obligado a las comunidades a huir de sus hogares”, explica Thomas Kun, nuestro responsable clínico que trabaja con MSF desde 2015.

“Las familias que antes se dedicaban a la agricultura ahora dependen completamente de la pesca y la distribución de alimentos de la ayuda internacional”, dice Kun. “Sin embargo, debido al retraso de las lluvias, la pesca se está volviendo más difícil y las distribuciones de alimentos de la ayuda internacional no siempre son consistentes, lo que significa incluso menos alimentos. Las niñas y  niños en particular sufren esta situación al no tener acceso a alimentos con nutrientes adaptados a su edad”, explica.

Además de la falta de alimentos, las comunidades remotas se han visto privadas de atención médica y de distribución de mosquiteros, lo que supone un riesgo adicional para sus vidas. Sin mosquiteros, las personas no están protegidas contra la malaria y, cuando inevitablemente enferman, se necesitan varios días en canoa para llegar a un centro médico para recibir un tratamiento eficaz. Para entonces, existe el riesgo de que los casos sin complicaciones se hayan vuelto graves. Las mujeres embarazadas se encuentran entre las personas más vulnerables.

“La infección puede transmitirse directamente de la madre al feto. Pero, sobre todo, la fiebre alta puede interrumpir el embarazo o inducir un parto prematuro”, explica Harriet Wikoru, responsable de actividades de parteras de MSF en el Hospital Old Fangak. “Entregamos mosquiteros en las consultas de atención prenatal, pero a las madres que viven en zonas muy remotas no se les controla el embarazo y no están protegidas”. 

Las inundaciones en Sudán del Sur causan picos de malaria y dificultan el acceso a la atención médica
El equipo de MSF realiza decenas de pruebas de malaria durante un examen diario de malaria en la clínica de MSF en la aldea de Toch, en el estado de Jonglei. © Manon Massiat/MSF

 

“En cuanto tenemos una prueba positiva de malaria, tratamos a la persona inmediatamente”, explica Wikoru. “No podemos esperar porque conocemos los peligros de la malaria para las madres y sus bebés”.

Después tres días bajo cuidados médicos en el hospital de MSF, Nya Thor y su madre son llevadas de vuelta a su aldea en el barco ambulancia de MSF. Ese día, nuestro equipo realiza un cribado de malaria: de las 56 pruebas, 42 son positivas. Algunos pacientes serán derivados a nuestro hospital al final del día. 

“La malaria es una enfermedad contra la cual no se puede inmunizar a las personas. Si los mosquitos vuelven a picarte, volverás a infectarte”, explica Thomas Kun. “Seguimos tratando y tratando, pero nada dice que los pacientes no volverán después de un mes, infectados nuevamente con malaria. Proporcionamos mosquiteros y mantas, pero ya hemos visto pacientes que regresan dos o incluso tres veces en los últimos meses”.

Old Fangak no es la única región de Sudán del Sur gravemente afectada por las recurrentes inundaciones. Muchas áreas en los estados de Unity y Alto Nilo, donde también tenemos actividades médicas, han quedado aisladas por las inundaciones. Se han convertido en pequeñas islas con agua estancada que rodean a las comunidades. 

Aunque este año la temporada de lluvias y las inundaciones previstas en Sudán del Sur parecen haberse retrasado, nuestros equipos temen que los casos de malaria sigan aumentando. Las dificultades para acceder a las y los pacientes y tratarlos pueden empeorar, y las inundaciones previstas aislarán aún más a las comunidades en Old Fangak y de todo el país.

La malaria es la principal causa de muerte en Sudán del Sur. Para salvar vidas de esta enfermedad existe una necesidad urgente de ayudar a las comunidades a protegerse mejor. Esto se logrará aumentando la distribución de mosquiteros y profilaxis contra la malaria.

Las inundaciones en Sudán del Sur causan picos de malaria y dificultan el acceso a la atención médica
Nya Sibet Mar con su hijo de dos años. Están frente a su casa en la aldea de Toch, estado de Jonglei. La foto fue tomada después de pasar tres días en el hospital de MSF en Old Fangak, donde Nya recibió tratamiento por malaria y desnutrición. El barco ambulancia de MSF los llevó de regreso a casa. © Manon Massiat/MSF

 

Además, es necesario aumentar el acceso a la atención médica. Pero también a las medidas de prevención en las comunidades, especialmente para las niñas, niños y las mujeres embarazadas. 

Las niñas y niños con desnutrición, en particular, son más vulnerables a la malaria grave. Por eso deben realizarse pruebas de detección de desnutrición, inscribirse en programas de nutrición cuando proceda y recibir las vacunas recomendadas contra las enfermedades infantiles.

 

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