“Los palestinos se están preparando para la pérdida”: una perspectiva sobre la salud mental desde Cisjordania

En Cisjordania, existe una creciente sensación de que algo terrible está por suceder, pero nadie sabe exactamente cuándo ni cómo.

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Un trabajador social de MSF conversa con Sabha Al Najar, quien, junto con su esposo, Mahomud, fue atacado y golpeado por colonos a principios de noviembre de 2025 en su hogar en Shi'b al-Butum, al sur de Hebrón. Cisjordania, Palestina.
Un trabajador social de MSF conversa con Sabha Al Najar. Su esposo, Mahomud, fue atacado y golpeado por colonos a principios de noviembre de 2025 en su hogar en Shi'b al-Butum, al sur de Hebrón. Cisjordania, Palestina. © Oday Alshobaki/MSF

“Aunque la violencia no es algo nuevo en Cisjordania, Palestina, todo se intensificó después del 7 de octubre de 2023. Hemos sido testigos de una fuerte escalada: los puestos de control, los bloqueos de carreteras y las incursiones de las fuerzas israelíes y los colonos han aislado las ciudades y pueblos palestinos entre sí. Estas restricciones impiden a la población palestina acceder a servicios básicos, como la atención médica, los mercados de alimentos y las escuelas”.

 

Los residentes de la comunidad de Al Majaz llegan a la clínica de MSF, que brinda servicios de atención médica primaria en la zona.
Los residentes de la comunidad de Al Majaz llegan a la clínica de MSF, que brinda servicios de atención médica primaria en la zona. © Oday Alshobaki/MSF[/caption]

 

Por un psicólogo que trabaja con Médicos Sin Fronteras (MSF) y que ha solicitado permanecer en el anonimato

“Como psicólogo de MSF que trabaja en Hebrón, puedo ver y sentir cómo el miedo de la gente sigue aumentando. El miedo está en todas partes y, esta vez, está paralizando a las personas. Las personas palestinas no solo están preocupados: se están preparando para la pérdida. Nuestros pacientes nos dicen a menudo que, cuando ven imágenes de personas en Gaza recogiendo los restos de sus seres queridos, no pueden evitar pensar: “Si muero, quiero morir con mi familia”. No se trata de pensamientos abstractos. Son formas que tiene la mente de dar sentido a los horrores. En lugar de planear su propio futuro o el de sus hijos, muchos se concentran en imaginar la forma menos dolorosa de morir. Una muerte que llegue de inmediato y que evite que alguien se quede atrás.

En Cisjordania, existe una creciente sensación de que algo terrible está por suceder, pero nadie sabe exactamente cuándo ni cómo. Es una conciencia colectiva, una ansiedad silenciosa y siempre presente. La gente lo dice abiertamente: “Empezaron en Gaza. Luego se trasladaron al norte de Cisjordania. Ahora es solo cuestión de tiempo hasta que nos toque a nosotros”. Tanto si eres un profesional de la salud mental como un agricultor, todos lo sentimos. Todos estamos esperando nuestro turno.

 

Un médico de MSF escribe una receta después de examinar a un paciente en la clínica Al Majaz, Masafer Yatta, Cisjordania, Palestina.
Un médico de MSF escribe una receta después de examinar a un paciente en la clínica Al Majaz, Masafer Yatta, Cisjordania, Palestina. © Oday Alshobaki/MSF[/caption]

 

En nuestras clínicas, podemos observar un aumento notable de los síntomas de depresión, ansiedad y depresión postraumática. Los síntomas varían, pero los patrones son claros. Los hombres, especialmente aquellos que han perdido sus fuentes de ingresos, muestran más síntomas psicosomáticos. Socialmente es más aceptable decir “me duele el estómago” que “tengo miedo”. Pero el miedo y la desesperación son las causas fundamentales de sus expresiones: el miedo se refleja en sus ojos.

Las madres comparten con nosotros pensamientos aterradores. Cuando imaginan un posible ataque de los colonos, sus mentes se apresuran para asegurarse de que nadie se quede atrás. Una madre me dijo: “Cada vez que pienso que podría suceder, me repito a mí misma: debo llevarme a todos mis hijos. No puedo olvidar a nadie”.

Los palestinos están tan abrumados que, incluso cuando las clínicas móviles de MSF se acercan a ellos, muchos tienen demasiado miedo para acudir. El terror de cruzar los puestos de control supera su necesidad de ayuda médica, tanto mental como física. Su decisión de quedarse en casa no se debe a la indiferencia, sino al miedo.

 

Reema*, 13 años, Masafer Yatta, Cisjordania, PalestinaMuestra un dibujo del día que demolieron su casa. "Salimos de la escuela y, oí a gente hablando de que demolían una casa. Ni por un momento pensé que pudiera ser la nuestra".
Reema*, 13 años, Masafer Yatta, Cisjordania, Palestina
Muestra un dibujo del día que demolieron su casa. “Salimos de la escuela y, oí a gente hablando de que demolían una casa. Ni por un momento pensé que pudiera ser la nuestra”. © Oday Alshobaki/MSF[/caption]

 

Existe la creencia generalizada de que los colonos o los soldados pueden entrar en cualquier momento, simplemente porque alguien lo ha publicado en Facebook o se lo ha contado a un vecino. En esta ocasión, las carreteras que llevan a sus hogares están siendo objeto de redadas y la forma en que las fuerzas israelíes detienen a los palestinos es profundamente humillante. No hay reglas. Esto crea un estado de alerta constante en la población: la preparación para huir, para ser desplazados o para ser detenidos. Esa anticipación alimenta la ansiedad que observamos en casi todos los pacientes.
No se trata de una crisis temporal. Es un trauma generacional largo y agotador que las personas palestinas de Cisjordania se ven obligadas a vivir día tras día. Y en esa lenta erosión de la seguridad, la dignidad y la esperanza, la salud mental se ve afectada de forma silenciosa, pero profunda”.

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