Malawi: La atención del cáncer cervicouterino en un país con escasas opciones de tratamiento

MSF trabaja para reducir la incidencia del cáncer cervicouterino en Malawi
Aliyanesa Nkunye durante una sesión de quimioterapia en el Hospital Central Queen's Elizabeth. "Antes de empezar el tratamiento tenía mucho dolor y no podía comer ni dormir por la noche. Desde que he empezado me siento mucho mejor", afirma. ©Diego Menjibar

El cáncer cervicouterino representa el 37 % de los nuevos tipos de cáncer en las mujeres de Malawi. Desde 2018, en Médicos Sin Fronteras (MSF) trabajamos para reducir la incidencia del cáncer cervicouterino y disminuir las muertes por esta enfermedad en los distritos de Blantyre y Chiradzulu. La jefa de misión de MSF, Marion Péchayre, explica cómo. 

 

¿Por qué MSF se ha centrado en atención a las pacientes con cáncer? 

“El interés de MSF por el cáncer es el resultado de una combinación de factores. En los países de bajos ingresos, las proyecciones epidemiológicas sugieren una disminución de las enfermedades infecciosas y un aumento simultáneo de las enfermedades crónicas como el cáncer.  

La falta de recursos y las etapas tardías en las que se diagnostican los distintos tipos de cáncer en el África subsahariana, por ejemplo, sugieren que eventualmente se cobrarán más víctimas que las enfermedades infecciosas, como sucede actualmente en los países de altos ingresos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la mortalidad por cáncer se duplicará en África para el 2040. 

MSF trabaja para reducir la incidencia del cáncer cervicouterino en Malawi
Normalmente, las pacientes de cáncer cervicoute que reciben el tratamiento permanecen en el hospital 2 o 3 días. ©Diego Menjibar

 

En Malawi, donde llevamos muchos años atendiendo a personas con VIH/SIDA, descubrimos que muchas de nuestras pacientes también tenían cáncer cervicouterino. Las mujeres con VIH tienen seis veces más probabilidades de contraer cáncer cervicouterino que las mujeres sin VIH. Esto nos llevó a realizar una evaluación integral del problema del cáncer cervicouterino en Malawi, que tiene las dos tasas de prevalencia y mortalidad más altas del mundo relacionadas con esta enfermedad.  

En 2020 se detectaron 4,145 nuevos casos de cáncer cervicouterino y fallecieron 2,905 mujeres. El acceso a los medicamentos contra el cáncer es muy variable, la radioterapia es inexistente y los servicios de cirugía están poco desarrollados. Nos interesa ​​apoyar la vacunación para proteger contra el cáncer cervicouterino cuando sea posible, así como ampliar los programas de detección y desarrollar soluciones de tratamiento”. 

 

¿Cómo se trata el cáncer en ausencia de la radioterapia? 

“La radioterapia es normalmente el tratamiento de primera línea para el cáncer cervicouterino, pero actualmente no está disponible en Malawi. En los últimos dos años, MSF ha desarrollado un modelo de atención que combina quimioterapia y cirugía.  

Después de tres a seis ciclos de quimioterapia, los tumores se reducen y se pueden operar, salvando así las vidas de las pacientes. Todavía no disponemos de datos para evaluar la tasa de sobrevivencia tras dos años, pero el tratamiento muestra resultados satisfactorios y se puede esperar que proporcione una esperanza de vida bastante cercana a la del tratamiento con radioterapia. 

En países con recursos limitados, este tipo de tratamiento podría considerarse una alternativa seria a la radioterapia, siempre que haya cirujanos bien capacitados. Por eso hemos prestado especial atención a la capacitación al personal de cirugía que realiza procedimientos quirúrgicos avanzados como las histerectomías, en las que se extirpa el útero parcial o totalmente.  

MSF trabaja para reducir la incidencia del cáncer cervicouterino en Malawi
El ginecólogo George Chilinda realiza una biopsia a una paciente sospechosa de cáncer de cervicouterino. La paciente será programada para el diagnóstico.  ©Diego Menjibar

 

En nuestro proyecto, cada mes las y los cirujanos realizan un promedio de 14 histerectomías y 40 operaciones. Como resultado, este personal se ha especializado mucho y ha adquirido un mayor nivel de competencia en el campo de la cirugía oncoginecológica que sus contrapartes en Europa, donde esta cirugía es poco frecuente.  

Además, la calidad del tratamiento está asegurada por un trabajo multidisciplinar, en el que participan anatomopatólogos, oncólogos, cirujanos y equipos de cuidados de apoyo, que proporcionan apoyo social y psicológico, fisioterapia o cuidados paliativos. 

Hay otra categoría de pacientes cuyo cáncer cervicouterino se detecta en una etapa más avanzada. Para estas mujeres, organizamos y financiamos derivaciones a Kenia para que puedan recibir radioterapia allí. Pero estas derivaciones requieren apoyo y recursos significativos y las pacientes no pueden beneficiarse de ellas a gran escala.  

Para finales de 2023, deberíamos tener acceso a la radioterapia en Malawi, lo que hará mucho más fácil organizar el tratamiento para mujeres con cáncer cervicouterino avanzado”. 

 

¿Cuál es la importancia de las vacunaciones? 

“Las vacunaciones son cruciales porque el cáncer cervicouterino se puede prevenir fácilmente. Es uno de los pocos tipos de cáncer asociados con un virus, el virus del papiloma humano (VPH), y existe una vacuna eficaz contra algunos VPH.  

MSF apoyó la vacunación contra el VPH en Malawi
Entre el 19 y 23 de enero, MSF apoya al Ministerio de Salud a vacunar a la mayor parte de las 30,000 niñas de entre 9 y 14 años en las escuelas del distrito de Phalombe para vacunarlas contra el VPH. © Alice Authier/MSF

 

La otra forma de protegerse contra el cáncer es el cribado, que es a la vez un medio de prevención y la primera fase del tratamiento, ya que las lesiones precancerosas pueden tratarse en esta fase. La vacuna contra el VPH está disponible a través de mecanismos internacionales como GAVI, pero la vacunación de rutina en los centros de salud no llega fácilmente a la población destinataria en Malawi, es decir, las niñas de 9 a 13 años.  

Ellas no acuden a los centros de salud porque generalmente no se enferman, entonces hay que vacunarlas en la escuela o en los pueblos, en el caso de quienes no van a la escuela. Estos programas de prevención sistemática en escuelas y comunidades requieren recursos adicionales.  

Seguiremos apoyando estos programas de vacunación, en colaboración con el Ministerio de Salud de Malawi, como hicimos en enero, cuando vacunamos a 17,000 niñas adolescentes en el distrito de Phalombe”. 

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