“Nuestro objetivo no es curar, sino aliviar el sufrimiento”

Alejandrina Camargo nos explica desde el CAI en Ciudad de México, donde brindamos tratamiento especializado a sobrevivientes de violencia extrema.

Sobreviviente de violencia extrema elabora artesanías como parte de su recuperación en el Centro de Atención Integral (CAI) de MSF.
Sobreviviente de violencia extrema elabora artesanías como parte de su recuperación en el Centro de Atención Integral (CAI) de MSF. © Yotibel Moreno/MSF

Alejandrina Camargo trabajó hasta abril como referente médico del Centro de Atención Integral (CAI) de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Ciudad de México, donde brindamos tratamiento especializado a sobrevivientes de violencia extrema.

Soy médica general en formación en psiquiatría, con experiencia en proyectos de migración en Panamá y México. Desde 2022 trabajo con personas migrantes donde la vulnerabilidad y el sufrimiento se manifiestan con crudeza. Son personas que enfrentaron tratos degradantes, secuestros, torturas, extorsiones o desapariciones forzadas. La violencia física y psicológica deja marcas profundas, especialmente en mujeres y niños, población que ha aumentado en los últimos años en la ruta migratoria.

 

El CAI brinda evaluación y atención psicológica a personas migrantes que han sufrido actos de violencia extrema en sus países de origen o durante su travesía, incluyendo violación, secuestro y tortura. Ciudad de México, 2024.
Dentro de las actividades que realizamos en el CAI, para aliviar el sufrimiento brindamos evaluación y atención psicológica a personas migrantes que han sufrido actos de violencia extrema. Ciudad de México, 2024. © Yotibel Moreno/MSF

 

El trauma es constante: la inmensa mayoría de nuestros pacientes sufre trastorno de estrés postraumático, algunos en formas complejas. La violencia contra la comunidad LGTBQ+ también es brutal; enfrentan persecuciones homófobas y torturas. Los pacientes mexicanos y las víctimas de trata también son un grupo muy vulnerable. Nuestro trabajo busca aliviar el dolor, brindar un espacio seguro para la recuperación, a través de valoraciones individuales y fortaleciendo la resiliencia.

Un caso que me impactó fue el de una mujer que, tras una tortura, no podía cuidar a sus hijos y fue necesario intervenir para protegerlos. La violencia atraviesa a las personas y a menudo les impide reconstruir sus vidas. La atención interdisciplinaria, las actividades grupales y la ayuda humanitaria que proporcionamos buscan devolver esperanza y dignidad en medio del caos.

 

Una sobreviviente de violencia elabora artesanías como parte de su recuperación en el Centro de Atención Integral (CAI) de MSF.
Una sobreviviente de violencia elabora artesanías como parte de su recuperación en el Centro de Atención Integral (CAI) de MSF. © Yotibel Moreno/MSF

 

También recuerdo a un joven iraní de 18 años que desde niño vivió en un contexto de violencia y persecución política. Había llegado solo a México tras una travesía peligrosa en la que vivió episodios de violencia extrema. Su historia refleja cómo la violencia y persecución cruzan fronteras, dejando cicatrices mentales y físicas. Aunque logró llegar a EE. UU., su experiencia nos recuerda la importancia de acompañar, estabilizar y ofrecer esperanza a quienes huyen de la muerte.

Nuestro objetivo no es curar, sino aliviar el sufrimiento. Cada paciente, cada historia reafirman nuestro compromiso de escuchar, proteger y acompañarles en su camino hacia la recuperación y la seguridad.

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