Sudán: Los casos de sarampión aumentan en Darfur a pesar de meses de advertencias

En MSF llamamos a las autoridades a eliminar de inmediato todas las barreras burocráticas y administrativas para transportar vacunas por todo Darfur.

Ferdos Salih sostiene a su bebé de 11 meses, Banan, quien padece sarampión, en la sala de aislamiento del Hospital Universitario El Geneina, con apoyo de MSF. Sudán, diciembre de 2025.
Ferdos Salih sostiene a su bebé de 11 meses, Banan, quien padece sarampión, en la sala de aislamiento del Hospital Universitario El Geneina, con apoyo de MSF. Sudán, diciembre de 2025. © Natalia Romero Peñuela/MSF

Los casos de sarampión están aumentando rápidamente en Darfur Central, Sur y Oeste, ante la ausencia de una campaña de vacunación urgente y eficaz. Se han registrado más de 1,300 casos desde septiembre de 2025 en centros médicos apoyados por Médicos Sin Fronteras (MSF), a pesar de que MSF hemos defendido repetidamente las campañas de vacunación y la reanudación de los programas rutinarios de inmunización.

En MSF llamamos a las autoridades a eliminar de inmediato todas las barreras burocráticas y administrativas para transportar vacunas por todo Darfur. Al mismo tiempo, debe haber una mayor urgencia por parte de UNICEF en coordinar esfuerzos para aumentar el transporte y la entrega de vacunas, jeringuillas y los suministros necesarios. También hacemos un llamado tanto al Ministerio de Sanidad del Estado como al Ministerio Federal para que inicien una campaña urgente de vacunación contra el sarampión y un programa rutinario de inmunización.

 

Nastrin de 10 meses padece desnutrición y sarampión, una combinación mortal en una zona de guerra. Darfur, Sudán, 2025.
Nastrin de 10 meses padece desnutrición y sarampión, una combinación mortal en una zona de guerra. Darfur, Sudán, 2025. © Natalia Romero Peñuela/MSF[/caption]

 

“El sarampión es una enfermedad prevenible; Solo requiere inmunización rutinaria y vacunación reactiva a tiempo. Pero debido a conflictos, barreras administrativas y retrasos por parte de agencias clave, ambos han sido severamente limitados”, dice Ahmi Ed Fadel, coordinador de emergencias de MSF en Darfur. “Estos retrasos están dejando a niños y niñas vulnerables expuestos a una enfermedad que también es mortal”.

En el Hospital Universitario El Geneina, Ferdos Salih trajo a Banan, su bebé de 11 meses, que tiene sarampión y desnutrición aguda severa. “Nació prematuramente porque la guerra nos obligó a huir de Omdurman mientras yo estaba embarazada”, explicó Ferdos. “Ha sufrido mucho con hospitalizaciones repetidas. Además, por la guerra, no pudo vacunarse”. Banan contrajo la infección de su hermano mayor porque no había suficiente espacio en la casa para aislarle adecuadamente cuando le dio sarampión. Desde el desplazamiento, viven con otras dos familias.

El envío de vacunas para campañas reactivas y programas de inmunización se realiza en un entorno operativo extremadamente desafiante en Sudán. El conflicto en curso ha interrumpido las rutas de importación y ha creado importantes obstáculos administrativos y burocráticos para los actores humanitarios implicados en los esfuerzos de vacunación, incluyendo retrasos relacionados con las autorizaciones para envíos transfronterizos y los procedimientos exigidos por las autoridades sudanesas.

Al mismo tiempo, la entrega de vacunas y otros suministros necesarios para llevar a cabo las vacunas no está suficientemente coordinada, llegando a diferentes lugares y momentos, lo que supone otro obstáculo que hay que superar antes de que puedan comenzar las vacunaciones. “Esta es la principal causa de los retrasos en el campo.  El suministro de vacunas y suministros relacionados debe coordinarse mejor para que ambos lleguen mucho más rápido a donde se necesitan”, dice Fadel.

 

Ferdos Salih sostiene a su bebé de 11 meses, Banan, quien padece sarampión, en la sala de aislamiento del Hospital Universitario El Geneina, con apoyo de MSF. Sudán, diciembre de 2025.
Ferdos Salih sostiene a su bebé de 11 meses, Banan, quien padece sarampión, en la sala de aislamiento del Hospital Universitario El Geneina, con apoyo de MSF. Sudán, diciembre de 2025. © Natalia Romero Peñuela/MSF[/caption]

 

En el Hospital Zalingei, en Darfur Central, los equipos de MSF hemos tratado hasta ahora 1,093 pacientes con sarampión en 2025, con un fuerte aumento en los últimos meses: se han registrado el 78% de los casos desde septiembre. En el Hospital Universitario de Nyala, en Darfur Sur, los equipos trataron a 242 pacientes con sarampión durante el año, el 95% desde septiembre. Mientras tanto, el Hospital Universitario El Geneina en Darfur Occidental recibió 429 casos de sarampión en 2025, con un 59 por ciento reportado entre septiembre y noviembre.

Matara Abakar trajo a su hijo de diez meses, Natrin, porque llevaba 17 días enfermo con fiebre, diarrea, tos y un sarpullido cutáneo. Además, sufre de una grave desnutrición. “Estamos luchando por encontrar trabajo. Soy agricultor y es difícil ganar suficiente dinero para comprar comida decente. Dependemos únicamente del asida (comida sudanesa hecha con harinas de sorgo o mijo)”, dice Matara. Tiene dos hijos más que tampoco están completamente vacunados.

Más del 34% de los pacientes en Zalingei y Nyala también sufren de desnutrición aguda, lo que aumenta la gravedad de la enfermedad y conduce rápidamente a complicaciones potencialmente mortales, incluyendo neumonía y encefalitis. Los retrasos en los envíos de vacunas y los repetidos aplazamientos de una campaña de vacunación reactiva están dejando a los niños y niñas sin protección mientras el brote continúa expandiéndose.

Más del 29 % de los casos en Zalingei y el 34% en Nyala fueron en niños mayores de cinco años, lo que pone de manifiesto el fracaso prolongado para garantizar la inmunización rutinaria en la región, incluso antes de la escalada del conflicto actual. Por lo tanto, la respuesta a estos brotes debería incluir a niños de entre seis meses y quince años.

 

Campañas de vacunación contra el sarampión son insuficientes

Hace seis meses, en junio, se llevaron a cabo campañas de vacunación a gran escala en la región de Jabel Marra, en el centro de Darfur; sin embargo, no se extendieron a Zalingei, ni al sur u oeste de Darfur, donde nuestros equipos están presenciando ahora el fuerte aumento de casos. En ese momento, MSF advirtió que estas campañas solo tendrían un impacto a corto plazo. Aunque se han hecho algunos esfuerzos para introducir vacunas y suministros secos, la necesidad de una campaña masiva de vacunación, así como de aumentar la vacunación rutinaria, es urgente para frenar la propagación.

Entre noviembre de 2024 y mayo de 2025, nuestros equipos llevaron a cabo cuatro campañas de vacunación en respuesta a brotes:

  • En noviembre de 2024, nuestros equipos vacunaron a 9,600 niños en North Jebel Marra.
  • En febrero de 2025, MSF llevamos a cabo una intervención contra el sarampión en Jebel Marra, Darfur Sur, tratando a 5,909 pacientes y vacunando a 36,209 niños contra el sarampión.
  • Entre diciembre de 2024 y mayo de 2025, nuestros equipos vacunaron a más de 79,000 niños y niñas en Rokero, North Jebel Marra. Tras el final de la campaña, se redujo el número de casos de sarampión en un 96,5 %.
  • En abril, equipos de MSF vacunaron a más de 54,000 niños y niñas en Foro Baranga, Darfur Occidental.

Actualmente, los equipos de MSF en Darfur también estamos tratando a pacientes con difteria, tos ferina y otras enfermedades prevenibles por vacunas. “Lo que se necesita urgentemente ahora es que el Ministerio de Salud, con el apoyo de socios sanitarios, incluyendo a UNICEF, reanude la inmunización rutinaria y asegure un suministro suficiente de vacunas”, dice Ahma Fadel, coordinador de emergencias de MSF en Darfur. “Se podrían salvar incontables vidas, pero tras más de dos años y medio de guerra, el mundo sigue fallando a la población de Sudán”.

Esto ocurre en medio de un entorno global desafiante. En 2024, hubo 59 países que reportaron brotes grandes y disruptivos de sarampión (casi el triple que en 2021), la cifra más alta desde el inicio de la pandemia. Mientras tanto, se teme que los recortes profundos de financiación a la Red Global de Laboratorios de Sarampión y Rubéola (RGLSR) y a los programas nacionales de inmunización amplíen las brechas inmunitarias y provoquen nuevos brotes.

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