Sudán: Suspendemos actividades en el hospital de Zalingei tras un ataque armado

Proteger a nuestros equipos médicos es esencial para garantizar que podamos brindar asistencia.

Entrada del hospital universitario de Zalingei. Desde el inicio de la guerra en Sudán, los centros de salud y el personal médico han sufrido repetidos ataques, incluyendo saqueos de hospitales.
Desde el inicio de la guerra en Sudán, los centros de salud y el personal médico han sufrido repetidos ataques. Zalingei 2024. © Juan Carlos Tomasi/MSF

Médicos Sin Fronteras (MSF) nos hemos visto obligados a reducir nuestros equipos y suspender todas las actividades en el hospital que apoyamos en el estado de Darfur Central, Sudán, tras un violento ataque armado dentro de las instalaciones la noche del 16 de agosto. El ataque dejó un muerto y cinco heridos, entre ellos un miembro del personal del Ministerio de Salud. Esta suspensión de las actividades médicas se produce en medio de un brote mortal de cólera. MSF no podrá reanudar sus operaciones hasta que todas las partes brinden garantías claras de seguridad para proteger al personal y a los pacientes.

El asalto tuvo lugar en el hospital de Zalingei la noche del 16 de agosto, después de que una persona fallecida con una herida de bala, supuestamente causada durante un saqueo en un campo cercano para personas desplazadas, fuera trasladada a la sala de urgencias alrededor de las 8:20 p. m. Los familiares armados del fallecido entraron por la fuerza en el hospital. Poco después, llegó otro paciente con heridas de bala, también acompañado por personas armadas. Las tensiones entre los grupos que acompañaban a los pacientes se intensificaron dentro del centro y, a las 10 de la noche, se detonó una granada de mano frente a la sala de urgencias, lo que causó la muerte de una persona. Otras cinco resultaron heridas, entre ellas un miembro del personal médico del Ministerio de Salud.

“Una persona ya ha perdido la vida en esta explosión y podrían haber muerto más si hubiera ocurrido durante el día, cuando el hospital estaba lleno de pacientes”, afirma Marwan Taher, coordinador de emergencias de MSF en Darfur.

“Suspender nuestras actividades y evacuar a nuestros equipos es una decisión que ninguna organización médica quiere tomar, pero nuestro personal no puede arriesgar sus vidas mientras brinda atención médica”.

Desde el 1 de agosto, MSF había estado liderando una respuesta de emergencia al cólera en el hospital de Zalingei, tratando a 162 pacientes en solo 16 días, en colaboración con el Ministerio de Salud del estado. El cólera ya se ha cobrado siete vidas, y el hospital de Zalingei es el único centro equipado para tratar casos graves en el estado de Darfur Central. Los equipos de MSF también apoyaron al Ministerio de Salud del estado con la vigilancia para contener el brote. Más allá del cólera, el hospital brindó más de 1,500 consultas ginecológicas, 1,400 consultas pediátricas y 80 cirugías entre mayo y julio de 2025. Como único hospital de referencia que atiende a unas 500,000 personas, es el único centro que gestiona casos complejos en la zona. La clínica móvil de MSF en la localidad de Fogodiku y las actividades de participación comunitaria y promoción de la salud también se han suspendido, lo que ha dejado a miles de personas sin atención esencial.

 

Desde el inicio de la guerra en Sudán, los centros de salud y el personal médico han sufrido repetidos ataques, incluyendo saqueos de hospitales. Tras el último ataque suspendimos nuestras actividades en el hospital de Zalingei, Darfur Central.
Tras el último ataque suspendimos nuestras actividades en el hospital de Zalingei, Darfur Central. Sudán 2024. © Juan Carlos Tomasi/MSF

 

Durante más de 40 años, Médicos Sin Fronteras ha estado en primera línea de las principales crisis de Sudán, desde brotes de enfermedades hasta picos de desnutrición, y seguimos apoyando a las comunidades a través del conflicto en curso. Proteger a nuestros equipos médicos es esencial para garantizar que podamos brindar asistencia. En febrero de 2024, hombres armados irrumpieron en el hospital de Zalingei y secuestraron vehículos alquilados por MSF, lo que obligó a la retirada temporal de nuestro equipo de evaluación antes incluso de que comenzaran las actividades. El ataque del 16 de agosto supone el segundo incidente de seguridad grave en el hospital de Zalingei en un año y medio.

“Los ataques contra hospitales y personal médico son inaceptables y ponen vidas en peligro”, afirma Taher. “La presencia de armas dentro de un centro médico hace imposible que nuestros equipos puedan trabajar con seguridad. Sin garantías claras por parte de las partes implicadas sobre la seguridad tanto del personal del Ministerio de Salud como del de MSF, no podemos continuar con nuestro trabajo. La población de Zalingei necesita urgentemente atención médica, y su acceso a ella debe protegerse”.

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