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Actividades en México y Centroamérica
Como todos los años, nuestro Reporte Anual 2024 presenta un resumen de las actividades de Médicos Sin Fronteras en México y Centroamérica, como un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas para con las comunidades a las que servimos, nuestras contrapartes, nuestros donantes y con la sociedad en general.
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha prestado asistencia médico-humanitaria en la mayor parte de las emergencias humanitarias de los últimos 50 años, y 2024 no fue la excepción. A lo largo del año, nuestros equipos trabajaron en México y en el mundo para prestar asistencia y aliviar el sufrimiento de millones de personas. Ya sea frente a las crisis más mediáticas como el conflicto en Gaza, la guerra en Ucrania o los conflictos en Yemen o en Afganistán, como también en las graves catástrofes humanas que rara vez atraen la atención de los medios, como la devastadora guerra en Sudán o los enfrentamientos en la República Democrática del Congo (RDC).
En nuestra región, los equipos de MSF continuaron ofreciendo atención a la población en movimiento a lo largo de la ruta por Centroamérica y México. Durante 2024, enfrentamos el reto de responder a diferentes importantes picos en el flujo de personas que huían de diversas situaciones de vulnerabilidad en un creciente número de países de Latinoamérica -como Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Venezuela. – pero también de aquellos que llegaron de regiones extracontinentales -como China, India, Senegal.
Desgraciadamente, este incremento en el número de personas en movimiento se vio acompañado de un recrudecimiento de medidas migratorias cada vez más restrictivas y punitivas en muchos países, así como en un severo aumento de la violencia a lo largo de la ruta, particularmente los relacionados con la violencia sexual. Ante ello, los equipos de MSF en Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá reforzaron sus capacidades para proveer atención integral -médica y de salud mental- a decenas de miles de personas, al tiempo que documentamos y alzamos la voz sobre los atropellos a la salud y seguridad de las personas migrantes propiciados, en gran medida, por las condiciones impuestas por legislaciones migratorias discriminatorias que hacen la ruta más difícil y riesgosa para la población migrante.
En 2024 conmemoramos 50 años de trabajo humanitario de nuestra organización en Honduras, y continuamos trabajando de la mano de las comunidades y las autoridades para responder a las necesidades médicas de la población a través de distintos proyectos. En San Pedro Sula, MSF reafirmó su compromiso de acercar el acceso a la salud sexual y reproductiva para la población adolescente, al tiempo que continuamos ofreciendo atención médica, psicológica, de acompañamiento social y educación comunitaria a personas víctimas de violencia sexual, personas trabajadoras del sexo y población LGBTIQ+. Y en Tegucigalpa, nuestro innovador proyecto para prevenir la trasmisión de enfermedades transmitidas por mosquitos -entre ellas, el dengue-, a través del método Wolbachia mostro resultados muy alentadores que esperamos presentar en 2025.
Por su parte, el mandato de MSF de dar testimonio sobre lo que nuestros equipos ven en el terreno se manifestó con múltiples comunicaciones, presencia en medios de comunicación, eventos y reportes públicos que, como en otros años, buscan llamar a la acción, el cambio y las acciones en favor de las personas y comunidades con las que trabajamos. Tal fue el caso de nuestros llamamientos públicos para el cese de los ataques contra la población civil y las instalaciones de salud en Gaza, el incremento de la ayuda internacional ante la crisis en Sudán o nuestro posicionamiento público sobre las medidas que ponen en mayor vulnerabilidad a miles de hombres, mujeres y niños a lo largo de la ruta migratoria por Centroamérica y México.
Como vemos a nuestro alrededor, la humanidad atraviesa por momentos muy difíciles ante un mundo afectado -entre muchas otras cosas-, por los conflictos armados, la incertidumbre económica, las consecuencias del cambio climático y por una marcada disminución de los fondos que los países destinan a la ayuda para las poblaciones más desfavorecidas. Por ello, más que nunca, desde MSF queremos agradecer profundamente a todas las personas que continúan a nuestro lado y que, con su apoyo, hacen posible nuestra labor para salvar vidas y aliviar el sufrimiento.
Director Ejecutivo de Médicos Sin Fronteras en México y Centroamérica
Consultas externas
Vacunaciones de rutina
Personas tratadas por cólera
Vacunas contra el sarampión
Personas que iniciaron el tratamiento de primera linea para la tuberculosis
Familias que recibieron distribuciones de artículos de ayuda
Personas que iniciaron el tratamiento contra la hepatitis C
Personas atendidas tras sufrir violencia sexual
Durante el año 2024 desde el proyecto de Ciudad de México se continuó brindando servicios integrales de salud a las personas en movimiento (PeM). Estos incluyen: atención de salud mental, consultas y referencias desde trabajo social, traducciones al creole, francés e inglés a través del soporte de nuestros equipos de mediación cultural, actividades de promoción a la salud y atención médica para sobrevivientes de violencia sexual y casos psiquiátricos (mhGAP), así como personas vulnerables. En este periodo mantuvimos nuestras atenciones médicas en los campamentos ubicados en la Plaza de La Soledad en la alcaldía Venustiano Carranza, en las vías del tren de la Colonia Vallejo y en el camellón cercano a la Terminal Norte de Autobuses, ambos ubicados en la alcaldía Gustavo A. Madero, así como en los albergues Constitución y Casa Peña en la alcaldía Iztapalapa, y en el albergue Casa Fuente en la alcaldía Álvaro Obregón.
Durante este periodo, también observamos un incremento sostenido de personas en movilidad que permanecen en situación de calle lo que a su vez conllevó a un crecimiento de los campamentos informales en distintas alcaldías de la ciudad, en los que las personas se encuentran expuestas a condiciones de intemperie, durmiendo en la calle, sin acceso a agua potable y a condiciones de higiene y saneamiento lo que tiene una repercusión negativa en su salud.
Además de esto, también observamos el aumento e intensificación de riesgos de protección para las personas en movilidad en la Ciudad de México, quienes han tenido que hacerle frente a distintos tipos de violencias como el cobro de “derecho de piso”, la violencia sexual, el trabajo forzado, los riesgos de secuestro y la violencia física y/o verbal ejercida por la delincuencia común y organizada, pero también a actos de xenofobia, racismo y discriminación ejercidos por la comunidad local, quienes también demandan que estos campamentos sean removidos o desmantelados, situaciones que afectan la salud física y mental de las personas en movimiento.
El Centro de Atención Integral (CAI) tuvo como objetivo en el 2024 contribuir a mejorar el acceso a la atención integral médico, psicosocial y humanitaria, gratuita y de calidad, a las personas sobrevivientes de tratos crueles e inhumanos, violencia y tortura (SoIT) y a sus familiares, atendiendo tanto a personas en contexto de movilidad como a la población mexicana.
Con un enfoque centrado en la estabilización y restauración de la funcionalidad de individuos y grupos, incluyendo mujeres, hombres, parejas, familias nucleares, personas LGBT+ y menores de edad. A través de una intervención interdisciplinaria se integran: medicina, psicología, psiquiatría, fisioterapia, trabajo social y terapia ocupacional.
El enfoque interdisciplinario del CAI juega un papel crucial en la recuperación de la autonomía de grupos diversos, que incluye mujeres, hombres, familias, personas LGBT+ y menores de edad. Estas actividades atienden las necesidades particulares de cada individuo, especialmente en contextos de migración y ante traumas previos, asegurando un cuidado holístico y personalizado.
Durante el año 2024 el proyecto de Reynosa y Matamoros brindó servicios integrales de salud a las personas en movimiento (PeM) en la frontera norte de México, estos incluyen: atención médica de salud primaria, de salud mental, consultas y referencias desde trabajo social, traducciones al creole, francés e inglés a través del soporte de nuestros equipos de mediación cultural, actividades de promoción a la salud y atención médica para sobrevivientes de violencia sexual y casos psiquiátricos (mhGAP), así como personas vulnerables. En este periodo mantuvimos nuestras atenciones médicas en los albergues en Reynosa: Casa Lulú, Casa Migrante Guadalupe y Senda de vida 1 y 2, mientras que en Matamoros continuamos nuestras actividades en el albergue Pumarejo, Nuestra Señora del San Juan y en el punto de atención Ayudándoles a Triunfar (en el que ya no estamos actualmente).
Por otro lado, es importante destacar que, derivado de las distintas necesidades que nuestros equipos han identificado en la población en movimiento, durante 2024 también hemos fortalecido nuestra participación en los grupos de trabajo con otras organizaciones que operan en la zona noreste, para visibilizar las necesidades de la población migrante presente en Reynosa y Matamoros, pero también para tratar de abordar las problemáticas identificadas de manera conjunta y así garantizar en medida de lo posible, que nuestras y nuestros pacientes reciban una atención integral adecuada a sus necesidades y requerimientos.
Es necesario resaltar que 2024 ha estado marcado por múltiples desafíos en materia de seguridad en la frontera norte de México, una situación que también ha impactado a los municipios de Reynosa y Matamoros donde tenemos registro de un aumento significativo de violencia en contra de la población migrante cometida por distintos grupos del crimen organizado, pero también de los efectos perjudiciales que esta violencia ha tenido en la salud física y mental de la población en movimiento, quienes se han enfrentado a extorsiones, secuestros, cobro de “derecho de piso”, violencia sexual, violencia basada en género, tortura, restricción de tránsito libre y seguro y otros tipo de violencia.
El Proyecto Migrantes Noreste en Coahuila, cerrado en septiembre 2024, se dedicó a proporcionar atención integral a la población en movimiento, adaptándose a los cambios contextuales y desplazándose estratégicamente en diversos puntos de concentración. Médicos Sin Fronteras respondió a las necesidades médico-humanitarias en lugares clave como Piedras Negras, Nueva Rosita y Ciudad Acuña ofreciendo servicios que incluyen atención de salud mental, consultas médicas, atención integral a sobrevivientes de violencia, consulta de trabajo social, así como actividades de agua, higiene y saneamiento en algunos albergues.
La base de Médicos Sin Fronteras en Coatzacoalcos, en Veracruz, es un punto clave para la atención de personas en movimiento. La vulnerabilidad al llegar a la clínica móvil destaca la necesidad de atención oportuna y de calidad. La mayoría de los pacientes tiene una estancia de 24 horas en la región, lo que resulta en una adaptación de los servicios ofrecidos debido a la dinámica migratoria.
Durante el primer trimestre de 2024, observamos una notable disminución en el flujo, sin embargo, persisten otras características inherentes a este perfil migratorio, tales como la vulnerabilidad física y emocional, así como los relatos de violencia que cada paciente que acude a nuestra clínica móvil de MSF comparte.
Es esencial garantizar consultas completas y eficaces desde la perspectiva médica y de salud mental. Para abordar esto, distribuimos kits no alimenticios, respaldados por nuestro equipo logístico, que incluyen higiene personal, productos menstruales, para niños y adolescentes, y filtros de agua. Esto fortalece nuestras acciones preventivas en salud pública y mental hacia la población migrante.
Durante el período en cuestión, MSF ha mantenido una presencia activa en Tapachula, ofreciendo servicios esenciales para abordar las necesidades de salud de la población migrante y local. Los esfuerzos se centraron en tres puntos principales de atención: el consultorio de MSF, en el Centro de Desarrollo Comunitario – CEDECO y el albergue Hospitalidad y Solidaridad.
Además de la atención clínica, se desarrollaron actividades de promoción de la salud e involucramiento comunitario en la ciudad y los albergues, mejorando infraestructura de agua y saneamiento. Esto no solo aborda necesidades inmediatas, sino que busca crear condiciones más saludables para poblaciones vulnerables.
Para el 2024, MSF buscó fortalecer las actividades iniciadas en 2023, adaptándose a la creciente ola migratoria. Se enfocarán en brindar atención en salud mental a sobrevivientes de tortura y cerrar brechas en la atención sanitaria, especialmente en salud sexual y reproductiva.
Médicos Sin Fronteras (MSF) brindamos soporte en la zona de Palenque desde 2022 y en Tenosique desde 2015, teniendo presencia activa desde 2022 y hasta julio 2024. En el marco de nuestro proyecto de atención a personas migrantes, un equipo de profesionales brindó atención médica gratuita y de calidad a las personas en movilidad durante su travesía por México.
Respondiendo a la cambiante dinámica de la ruta migratoria y siendo testigos de la disminución del flujo de personas en movilidad en las poblaciones de Palenque y Tenosique; sumado a la presencia de otros actores que mantienen actividades permanentes en la zona. Durante mediados de 2024 desde MSF decidimos proceder con un plan de cese de actividades de nuestro Proyecto migrantes que permita dirigir nuestras operaciones a zonas donde haya un mayor flujo de personas que necesiten atención.
Durante los años que Médicos Sin Fronteras trabajamos en colaboración con autoridades de salud, se instalaron clínicas móviles en el Albergue de la 72, ubicado en Tenosique y en el centro de Palenque. Desde 2023 y hasta el junio 2024, se contabilizaron 13,433 consultas externas, 11,283 consultas de salud primaria y 1,817 de salud mental, 1,527 consultas de salud sexual y reproductiva. Atendimos 175 casos de violencia sexual y realizamos 231 sesiones grupales de salud mental donde participaron 2,761 personas. Es importante destacar la identificación de 30 casos de pacientes sobrevivientes de tratos crueles e inhumanos, violencia y tortura. Además de la sensibilización de 41,193 personas por parte del equipo de promoción de la salud e involucramiento comunitario. Asimismo, brindamos 2,297 asesorías grupales e individuales de trabajo social.
Desde hace 50 años Médicos Sin Fronteras está presente en Honduras. Durante 2024 dimos respuesta médico-humanitaria en el país a través de tres proyectos regulares. Entre las acciones: brindamos asistencia a víctimas y sobrevivientes de violencia sexual, acercamos servicios de salud sexual y reproductiva a población adolescente, personas trabajadoras del sexo y de las comunidades LGBTIQ+, trabajamos para prevenir enfermedades provocadas por vectores, y ofrecemos atención médica y humanitaria a personas en movimiento que pasan por el país.
Por siete años respondimos a las necesidades en salud sexual y reproductiva en diferentes municipios de Choloma. A través de una brigada móvil proporcionamos métodos de planificación familiar, prevención del VIH y de Infecciones de Transmisión Sexual, citologías, entre otros. Para el 2025 estos servicios pasarán a población adolescente en San Pedro Sula. Seguimos trabajando en San Pedro Sula para acercar estos servicios en las personas trabajadoras del sexo y de la comunidad LGBTIQ+.
Continuamos con la atención integral a todas las personas víctimas y sobrevivientes de violencia y violencia sexual. Esta atención comprende atención médica, enfermería, psicología, trabajo social y educación comunitaria. Además, respondimos a la emergencia por dengue en diferentes municipios del departamento de Cortés.
En conjunto con las autoridades sanitarias y con un fuerte involucramiento comunitario, trabajamos con diferentes alternativas para reducir el dengue y otras arbovirosis. En 2024 logramos concluir con la liberación de mosquitos portadores de la bacteria Wolbachia en la zona del área sanitaria de influencia de El Manchén. En la segunda propuesta implementada en los barrios de El Edén y La Joya, utilizamos una técnica de rociado en aerosol dentro de los hogares y discos de piriproxifen en contenedores de agua de los hogares. Los resultados se publicarán a finales de 2025.
También respondimos a la emergencia por dengue en diferentes puntos de la capital.
Durante 2024 comenzamos a trabajar en Danlí con una base regular para dar asistencia a las personas migrantes que transitan por el país. Con estas actividades, las personas en movimiento reciben soporte médico, acompañamiento psicosocial; derivación según la necesidad y orientación de la ruta migratoria mediante equipos médicos, de salud mental, enfermería, trabajo social y promoción de salud.
Ante la falta de registros oficiales en Guatemala, la organización OCHA estimó el ingreso de aproximadamente 223,000 personas al país entre enero y septiembre de 2024, mientras que la OIM reportó 216,368 movimientos migratorios en el periodo de enero a diciembre del mismo año.
MSF en Guatemala brindó atención a la PeM en los dos puntos fronterizos principales de entrada y salida del país: Esquipulas, Chiquimula y Tecún Umán, San Marcos. En estos puntos de atención se brindaron servicios de atención en salud primaria, salud mental, trabajo social, promoción de la salud, acceso a sanitarios y duchas, así como WiFi conexiones eléctricas para cargar celulares.
En 2024, dos eventos determinaron la salida de personas venezolanas en la región: El proceso electoral en Venezuela en julio, que conllevó represión política durante y después de los resultados anunciados, y la posibilidad de acceder a los mecanismos que el gobierno de Estados Unidos facilitó para acceder a vías legales de regularización. Esto conllevó a que la población realizara una travesía hacia el norte, cruzando la peligrosa ruta del Darién. En agosto, se registró una leve disminución de flujos migratorios vinculada al proceso electoral de Estados Unidos. Esta tuvo un punto crítico en diciembre 2024, con 7,647 movimientos (OIM), que representan un 37% menos que el mes anterior (12,166).
Durante 2024, MSF en Guatemala atendió principalmente núcleos familiares. El 28% de los pacientes atendidos por MSF fueron niñez no acompañada (NNA). El principal grupo de edad de los beneficiarios fue de 19 a 30 años, en su mayoría mujeres.
La PeM venezolana fue la más frecuente entre las personas atendidas. Sin embargo, en el cuarto trimestre se registró un ligero aumento de personas hondureñas, incluyendo personas desplazadas por impacto del cambio climático originado por la tormenta Sara. Por último, se notó un incremento en el uso de viajes organizados por grupos que facilitan el tránsito a cambio de un aporte financiero, lo cual dificultó el acceso a la PeM y sus necesidades médico-humanitarias, particularmente en la atención a casos de violencia sexual y salud mental.
“Soy una mujer de raíces lencas (pueblo originario de Honduras), desde que supe de mis orígenes los abracé y los acepté. Soy una persona pansexual, antes me denominaba una persona lesbiana, pero descubrí que la diversidad existe. También soy una persona neurodivergente.
Cuando decidí salir del closet lo hablé con mi mami, que fue la única persona a la que sentía una necesidad de decirle porque es esa persona que amás tanto y querés que también te acepte.
Este sistema no está hecho para muchas cosas, pero sé que podemos ir transformándolo y también soy consciente de la necesidad de una educación sexual integral que llegue a mi familia y a gran parte de Honduras. Conocer a MSF ha sido de mucha información para mí y ahora conozco sus servicios y todo lo que conlleva. Me refiero a atención como: ginecología, salud mental, anticonceptivos.
Sí me costó dibujarme, yo, Edith, me dibujaba como una persona delgada, y también me daba mucha pena mi lunar y contaba que en la escuela me decían que tenía un grano, una garrapata, me hacían mucho bullying por mi lunar […] Aceptarme como soy, la corporalidad que tengo (soy una mujer gorda) también una mujer indígena, era aceptar y abrazar lo que soy”.
La Clínica de San Pedro Sula es un proyecto médico-humanitario de Médicos Sin Fronteras en el norte de Honduras. Su principal objetivo es facilitar el acceso a la salud sexual y reproductiva de las personas LGBTIQ+ y trabajadoras del sexo de manera confidencial, gratuita, sin estigmas, revictimización ni discriminación.
En esta clínica, MSF también ofrece atención integral a todas las personas víctimas y sobrevivientes de violencia sexual. Allí reciben tratamiento para la prevención de infecciones de transmisión sexual, como el VIH, prevención del embarazo y apoyo psicosocial. Además, trabaja en la reducción de las brechas de acceso a la salud mental.
Como una manera para conmemorar el tercer aniversario de la Clínica de San Pedro Sula, Honduras, el equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) realizó un taller de autorretratos donde participaron nueve personas trabajadoras del sexo y de la comunidad LGBTIQ+.
“Soy un venezolano de 27 años. Salí de mi país hace más de cuatro meses, dejando atrás a mi esposa y a mi hijo. Hice esto después de recibir amenazas de muerte. Crucé la selva del Darién, ayudando a otras personas migrantes en el camino, y logré llegar a Estados Unidos, donde estuve detenido varios días. Una noche me dijeron que iba a salir y me montaron en un autobús. Estaba contento hasta que vi la bandera de México: me habían devuelto. En Tapachula, me uní a una caravana migrante después de enfrentar varios obstáculos. Durante mi travesía, fui secuestrado, golpeado y robado. Mis captores me mantuvieron amarrado por más de 10 días, me dieron una tortilla y agua solo una vez. Todos los días traían personas que me daban caramelos y un poco de agua. Ellos se iban, tenían con qué pagar. Estaba amarrado a un tubo en una choza. Un perro vigilaba mis movimientos. Pasaba horas mirándolo, recordando a mis perros en casa.
Un día, su mirada cambió y comenzó a mover la cola mientras manteníamos fija la mirada. Poco a poco se acercó hasta que dejó que lo acariciara. Logré soltar mis manos y, en medio de la noche, decidí escapar. Caminé sigilosamente mientras lo miraba. Cuando [ya] me había alejado un poco, comencé a correr. El perro solo movió la cola y dejó que me fuera sin hacer el más mínimo ruido. Gracias a él, pude escapar. Ahora me encuentro en las vías del tren, sin nada más que una chamarra que me regalaron. Me torcí el tobillo y otros migrantes me han ayudado con comida. No quiero ir a Estados Unidos, solo busco un lugar seguro, como Ciudad de México, donde pueda trabajar y eventualmente reunirme con mi familia. Extraño mucho a mi esposa y a mi hijo, y no he podido comunicarme con ellos en más de 11 días. Si pudiera, les diría que los amo y que estoy vivo por ellos”.
En la Ciudad de México, Médicos Sin Fronteras cuenta con clínicas móviles que se trasladas a diferentes campamentos ubicados en diferentes alcaldías. Los equipos realizan un acompañamiento en salud mental, consultas de trabajo social, mediación cultural, actividades de promoción de salud. Además, se atienden a personas víctimas y sobrevivientes de violencia sexual. Los equipos también realizan atenciones para reducir las brechas en salud mental a través del programa mhGAP.
* Su nombre fue cambiado para protección
Voces de pacientes en las clínicas móviles, hospitales y refugios de Médicos Sin Fronteras en el sur del México.
En las calles de Esquipulas, Guatemala, un grupo de niñas y niños resaltan entre los turistas por su acento sonoro cuando saludan y buscan clientes para sus ‘confites’, como le llaman en Venezuela a los dulces. Angélica*, una niña de 11 años que se dedica a vender dulces por la mañana pasa por las tardes a la clínica de Médicos Sin Fronteras para participar en las actividades lúdicas que realiza el equipo de promoción de salud.
Angélica es venezolana y viaja con su familia y, al igual que muchos niñas y niños, habla con normalidad de todo lo que ha vivido a su corta edad.
De Venezuela se trasladaron a Colombia y desde ahí iniciaron el viaje hacia los Estados Unidos, el evento más riesgoso de sus vidas. Angélica y su familia atravesaron la selva del Darién y ya en Panamá pasaron unos días en un campamento en el que coincidieron con miles de sobrevivientes. Atravesaron Centroamérica y se detuvieron durante algunos días en Esquipulas, Guatemala.
Durante esta travesía, Angélica experimentó hambre y frío, porque durmió junto a su familia en la calle, y padeció enfermedades. La historia de Angélica es la de miles de niñas y niños que han atestiguado violencia y los actos más crueles e inhumanos en la ruta migratoria hacia Estados Unidos.
Por esa razón, MSF instaló puntos de atención en varios puntos de Centroamérica para ofrecer asistencia médica primaria, apoyo psicológico, trabajo social y actividades de promoción de la salud, que incluye actividades para que las personas aprendan de autocuidado, salud mental, identificación de riesgos, entre otros, a través de actividades lúdicas para adultos y niños.
Angélica tiene 11 años y viajó más de dos mil kilómetros desde Venezuela hasta Guatemala. En Esquipulas debe vender confites antes de jugar.
En 2024, millones de personas se siguieron viendo afectadas por brotes de enfermedades, exclusión de la atención médica y crisis como guerras, conflictos y peligros naturales en más de 75 países. Alrededor de 69.500 profesionales de Médicos Sin Fronteras (MSF) brindaron asistencia donde y como pudieron.
Tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023, la guerra de las fuerzas israelíes contra la población de Gaza siguió teniendo un impacto devastador en la vida de los palestinos. La guerra avivó las tensiones y la inseguridad en amplias zonas de Medio Oriente, lo que también intensificó el conflicto en el Líbano y en Yemen.
Las fuerzas israelíes desencadenaron una implacable campaña de ataques aéreos e incursiones terrestres, desde el norte de la Franja de Gaza hasta la frontera sur, arrasando barrios enteros. Nuestros equipos trataron a miles de pacientes con heridas de guerra, diarrea y enfermedades cutáneas, así como traumas psicológicos, además de atender a mujeres embarazadas, niñas y niños. Sin embargo, nuestros esfuerzos por ampliar las actividades se vieron obstaculizados por las fuerzas israelíes, que sitiaron la Franja e impusieron engorrosos controles administrativos y logísticos a los suministros que entraban en Gaza. Como consecuencia, los camiones que transportaban suministros médicos esenciales quedaban bloqueados de manera rutinaria. Mientras tanto, la inseguridad nos obligaba a interrumpir las actividades, hacer evacuaciones y volver a empezar, teniendo que adaptarnos a una situación en constante cambio. En el momento de escribir estas líneas, 11 colegas de MSF han sido asesinados desde el inicio de la guerra. Los echamos de menos y lamentamos su pérdida.
Las comunidades palestinas de Cisjordania también sufrieron las consecuencias de la guerra en Gaza. Las fuerzas israelíes infligieron niveles escandalosos de violencia en campamentos de refugiados y comunidades destruyendo casas y matando y mutilando a personas durante incursiones que, en algunos casos, duraron días. Durante estos períodos, las fuerzas israelíes impusieron estrictas restricciones al desplazamiento de la población, lo que significaba que no podían salir de su barrio ni siquiera para buscar, o brindar, atención médica. A pesar de estas medidas inhumanas, nuestros equipos hicieron todo lo posible por llegar a las personas necesitadas.
A fines de septiembre de 2024, estallaron las hostilidades que se venían acumulando entre Israel y Hezbolá en el Líbano desde los ataques de octubre de 2023. Las fuerzas israelíes invadieron el Líbano y lanzaron ataques aéreos generalizados, incluso sobre la capital, Beirut. Aunque la campaña fue corta, resultó extremadamente angustiosa para el personal y los pacientes, que a menudo tuvieron que realizar evacuaciones para escapar de incursiones o bombas. En respuesta, ampliamos nuestras actividades en las zonas a las que teníamos acceso gestionando clínicas móviles y donando suministros.
A principios de diciembre, cayó el régimen de Assad en Siria, tras una ofensiva de las fuerzas de la oposición. A fin de año, nuestros equipos exploraban formas de aumentar la prestación de atención médica en zonas del país que eran inaccesibles para MSF desde hacía más de una década.
El conflicto de Sudán entró en su segundo año en 2024, cuando las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido siguieron combatiendo en distintas zonas del país. La burocracia y las limitaciones de seguridad impuestas por las partes beligerantes complicaron nuestra capacidad de respuesta. Las restricciones impuestas hicieron que no pudiéramos responder a la escala que exigían las inmensas necesidades de las personas; la ausencia de otras organizaciones humanitarias y la falta de ayuda en muchas zonas hicieron que algunas situaciones de desplazamiento masivo, hambruna y violencia pasaran desapercibidas o quedaran profundamente desatendidas.
En Darfur, el asedio impuesto desde mayo al campamento de desplazados de Zamzam y a la cercana ciudad de El Fasher hizo que apenas se pudieran entregar suministros médicos o alimentos terapéuticos. La desnutrición en el campamento aumentó hasta tal punto que, en agosto, se declaró hambruna,1 pero la falta de suministros nos obligó a interrumpir nuestro tratamiento de desnutrición para pacientes ambulatorios en octubre. A lo largo del año, la inseguridad, incluido el ataque a hospitales, nos obligó a evacuar El Fasher.
Nuestros equipos en Sudán, y en los vecinos Chad y Sudán del Sur, adonde ha huido mucha población sudanesa, trataron a pacientes con lesiones traumáticas causadas por explosiones que les cambiaron la vida, así como con terribles casos de violencia sexual y enfermedades que se propagan rápidamente en entornos de conflicto y desplazamiento, como el cólera, la malaria y la hepatitis E.
La violencia entre los grupos armados y la policía se intensificó aún más en Puerto Príncipe, la capital de Haití, lo que la convirtió en uno de los lugares más peligrosos para el trabajo de nuestros equipos. El sistema sanitario ha colapsado, y muchas personas se ven obligadas a vivir en campos de desplazamiento informales con escaso acceso a servicios de agua y saneamiento. A mediados de noviembre, tras el ataque a una ambulancia de MSF por parte de la policía y grupos de autodefensa, en el que dos pacientes fueron ejecutados y miembros del personal que les acompañaban recibieron gases lacrimógenos y amenazas, suspendimos temporalmente todas nuestras actividades en Puerto Príncipe. Para fin de año, habíamos empezado a reanudar algunas de estas actividades.
En Myanmar, el conflicto en curso en el estado de Rakhine siguió causando desplazamientos y sufrimientos generalizados, pero apenas atrajo la atención internacional. Se destruyeron deliberadamente vidas y bienes, y muchas personas fueron reclutadas a la fuerza en el servicio militar. A pesar de las estrictas restricciones impuestas sobre nuestras operaciones y de los repetidos ataques a nuestras instalaciones, trabajamos para brindar atención adoptando estrategias alternativas, como las teleconsultas, siempre que era posible.
A partir de enero, se recrudecieron los combates entre el ejército congoleño y el M23 y otros grupos armados en Kivu del Norte y Kivu del Sur, en la República Democrática del Congo (RDC), donde personas y centros médicos quedaban atrapados una y otra vez en el fuego cruzado. MSF brindó asistencia médica y humanitaria en varios lugares, incluidos los alrededores de Goma, la capital de Kivu del Norte, donde se calcula que, hasta mayo, se habían refugiado hasta un millón de personas desplazadas.
En todos los países del Sahel, como Mali, Burkina Faso y Níger, nuestros equipos siguieron respondiendo, cuando era posible, a las necesidades de las comunidades que soportaban violencia continua y desnutrición recurrente. Sin embargo, nos enfrentamos a crecientes restricciones en las actividades y el acceso, y a la inseguridad por parte de los Estados y de los grupos armados.
En 2024, registramos un aumento significativo de la cantidad de incidentes de seguridad que afectaron al personal, los centros y la infraestructura de MSF en comparación con los últimos años. Esto fue un indicio de la proximidad de las operaciones de MSF a los frentes de combate en los conflictos armados y de la volátil situación de seguridad en muchos de los lugares donde trabajamos, como Palestina, Haití, Sudán y la RDC. Algunos de estos sucesos —tiroteos, explosiones, asaltos a nuestras instalaciones por grupos armados, ataques a nuestras ambulancias— hicieron que suspendiéramos algunas actividades médicas durante el año. La decisión de interrumpir nuestros servicios, aunque sea de manera temporal, nunca se toma a la ligera. En última instancia, son las comunidades locales las que pierden el acceso a la atención médica que necesitan desesperadamente.
Sin embargo, estos acontecimientos no se limitan solo a MSF, sino que reflejan lo que viven las personas a las que atendemos y toda la comunidad humanitaria. En la actualidad, los grupos armados estatales y no estatales infringen cada vez más y de forma más flagrante el Derecho Internacional Humanitario, que se supone que debe proteger al personal y a la infraestructura médicos, y reducen el espacio en el que el personal humanitario puede trabajar de manera segura.
La violencia sexual está muy extendida en muchos de los lugares donde trabajamos, especialmente en entornos de conflicto, como Sudán, donde se utiliza como arma de guerra. En la RDC, las cifras son especialmente elevadas. En 2023, nuestros equipos atendían a dos víctimas o sobrevivientes de violencia sexual cada hora: un total de más de 25.000 personas en cinco provincias a lo largo del año. De forma alarmante, esta tendencia aumentó en 2024; solo en los campos de desplazados de los alrededores de Goma, en la provincia de Kivu del Norte, durante los primeros cinco meses, tratamos a casi 17.500 pacientes.
Nuestros equipos que trabajan en el Tapón del Darién, entre Colombia y Panamá, y en otros lugares de la ruta migratoria centroamericana, como México y Guatemala, atendieron en 2024 a muchas mujeres y niñas que habían sido violadas o agredidas sexualmente por bandas delictivas.
En diciembre, nos vimos obligados a poner fin a nuestras actividades de búsqueda y rescate en el Mediterráneo Central con nuestro buque, el Geo Barents, debido a un clima político hostil y a nuevas leyes de migración en Italia, que hacían insostenible nuestro modelo operacional. Esta decisión se tomó después de que el Geo Barents fuera objeto de múltiples órdenes de detención de 60 días. Junto con la Unión Europea, las leyes y políticas italianas reflejan una auténtica despreocupación por la vida de las personas que buscan refugio y seguridad.
La mayoría de las personas que cruzan el Mediterráneo embarca en Libia, donde han sido objeto de violencia y abuso extremos. En Libia, MSF trató a personas con traumas físicos y mentales por secuestro, trata de personas, agresión y abuso sexual, así como con enfermedades agravadas por las pésimas condiciones de vida y la falta de atención médica. En ese contexto, negociamos con éxito que personas de Libia que necesitaban tratamiento urgente fueran evacuadas a Italia, donde son atendidas.
Las personas en la ruta migratoria del sur al norte de América siguen sufriendo abuso físico y mental. En respuesta, durante el año trabajamos en Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala, México y Estados Unidos, donde brindamos tratamiento médico y de salud mental.
Además de atender las necesidades de personas desplazadas por la violencia mediante actividades a gran escala en la RDC, Sudán del Sur o Sudán, respondimos a las necesidades de personas en zonas como Mali y Mozambique. En Niafounké, brindamos atención médica a personas que huían del conflicto entre grupos armados no estatales y el ejército maliense. En Mozambique, la violencia continua en la provincia de Cabo Delgado sigue obligando a la población a abandonar sus hogares.
Desde 2022, nuestros equipos han respondido a un ciclo continuo de grandes brotes de cólera, incluso en Yemen, Sudán, Sudán del Sur y la RDC, países marcados por los conflictos y los desplazamientos, que son factores que influyen en la expansión de esta enfermedad altamente contagiosa y potencialmente mortal. En 2024, también pusimos en marcha actividades en otros lugares, como Comoras, donde nunca habíamos trabajado; Zambia, donde volvimos por primera vez desde 2018; y Tanzania. Nuestra respuesta a estos grandes y prolongados brotes se vio dificultada por la falta de vacunas contra el cólera debido, en parte, a la gran demanda y al hecho de que uno de los dos principales fabricantes de vacunas orales interrumpió la producción.
A lo largo del año, los equipos de MSF trataron a una elevada cantidad de personas con desnutrición, en su mayoría niñas y niños, pero cada vez más mujeres, especialmente en Afganistán y Yemen. Nuestros equipos observaron niveles desastrosos de desnutrición en zonas de Darfur (Sudán), así como en el estado de Zamfara (noroeste de Nigeria), donde una búsqueda y detección masiva de casos realizada en junio reveló que, en dos zonas, uno de cada cuatro niñas y niños menores de cinco años sufría desnutrición. Esta crisis se ve agravada por una disminución mundial de la financiación para la desnutrición, que ha reducido la disponibilidad de alimentos terapéuticos preparados tanto para fines preventivos como de tratamiento.
En 2024, un brote de mpox (viruela símica), enfermedad vírica contagiosa que puede ser mortal si no se trata, comenzó a propagarse en la RDC y posteriormente a otros países de África, antes de que la Organización Mundial de la Salud la declarara emergencia de salud pública de importancia internacional en agosto. Nuestros equipos respondieron a la enfermedad en la RDC, en la República Centroafricana y en Burundi.
Tras 32 años, nos vimos obligados a poner fin a nuestras actividades médicas en Rusia en agosto, cuando el Ministerio de Justicia ruso decidió retirar el registro de la sección de MSF que gestionaba nuestras actividades. Esto supuso un duro golpe para las personas a las que atendíamos en el país, incluidos pacientes con tuberculosis de la región de Arkhangelsk, personas con VIH de Moscú y San Petersburgo y personas refugiadas y desplazadas internas afectadas por la guerra en Ucrania. Nos gustaría volver a Rusia, cuando las autoridades nos lo permitan.
En los últimos años, la financiación de la ayuda humanitaria ha ido disminuyendo, como demuestran las crecientes brechas en la atención médica y el aumento de las necesidades en los países donde trabajamos. Lamentablemente, esta tendencia continuó en 2024 y en lo que va de 2025, y muchos países recortaron o redirigieron las reservas destinadas a este tipo de ayuda. Aunque estos recortes de fondos no nos afectan directamente desde el punto de vista económico, nos preocupan profundamente. Está claro que ninguna organización puede llenar por sí sola el enorme vacío existente en el sistema de ayuda internacional. No obstante, mantenemos nuestro compromiso de brindar ayuda humanitaria médica independiente e imparcial a las personas que la necesitan.
Desde la intensificación de la ofensiva militar israelí en Gaza en octubre de 2023, miles de niñas y niños han resultado heridos, muchos con amputaciones, quemaduras, fracturas y traumas profundos. El conflicto ha dejado una niñez marcada por el dolor físico y emocional, con gran parte de la infraestructura médica colapsada y pocas posibilidades de atención adecuada dentro de estos ataques. Destaca el esfuerzo de nuestros equipos por brindar tratamiento médico y psicológico a estos menores, muchos de los cuales han sido evacuados a hospitales en Jordania, Egipto y otros países vecinos.
Deema, una niña con fracturas en el fémur y en el hombro, pasó seis meses con su familia en el hospital Al-Shifa, convertido en refugio y hospital improvisado tras un ataque que destruyó su hogar. Karam, de 17 años, perdió a su madre y hermanos en un bombardeo, ahora su padre lo acompaña a rehabilitación en un entorno lejano y desconocido luego de cirugías de reconstrucción tras sufrir quemaduras en todo el cuerpo.
“Desearía que Gaza pudiera volver a ser como antes. No queremos ser desplazados o expulsados, solo queremos volver a nuestras vidas de antes de la guerra”.
Además de las heridas físicas, el trauma psicológico es severo. Nuestros equipos especializados en psiquiatría y psicología señalan que las y los menores presentan síntomas como insomnio, pesadillas, retraimiento y trastorno de estrés postraumático. Muchos adolescentes se sienten incapaces de imaginar un futuro. Por ello, MSF combina el tratamiento médico con actividades recreativas, educativas y terapias grupales que buscan restaurar el sentido de seguridad y dignidad de las víctimas.
La situación de las niñas y los niños heridos es solo una muestra del impacto sistémico y prolongado de la guerra sobre la población civil. Gaza ya enfrentaba años de bloqueo, pobreza y violencia. Hoy, la recuperación de estos niños dependerá no solo de los cuidados médicos, sino del fin de un conflicto que les ha arrebatado casi todo.
El 14 de febrero de 2024, un ataque aéreo israelí destruyó la casa de Karam en Gaza, matando a todos los integrantes de su familia. Excepto a su hermana de siete años, y a su padre. Karam resultó gravemente herido con quemaduras en toda la cara y el cuerpo.
La violencia armada en Puerto Príncipe ha colapsado el acceso a atención médica vital. Desde el 28 de febrero de 2024, los enfrentamientos entre grupos armados y fuerzas de seguridad han intensificado la crisis sanitaria en la capital haitiana. Gran parte de la ciudad está bajo control de pandillas, y los ataques a hospitales, ambulancias y personal médico han obligado al cierre de varios centros de salud.
El hospital de traumatología de Tabarre, uno de los pocos que sigue operando, atiende a más pacientes de los previstos, superando su capacidad física y humana. Nuestros equipos médicos, que trabajan en este centro y en otros, han alertado sobre la saturación del sistema y las dificultades para brindar atención adecuada, pues muchas veces también están expuestos a ataques y turbulencias. A pesar de esta resiliencia, miles de personas siguen sin acceso a cuidados médicos y vulnerables a la violencia.
La inseguridad ha llevado a muchas personas a cambiar significativamente sus rutinas. Maudeline, una vendedora local, después de ser herida por una bala perdida mientras vendía verduras, ahora evita acudir.
“Ya no puedo arriesgarme a ir al mercado. Es donde gano mi sustento, pero mi seguridad es más importante. Una vez que me recupere, tendré que encontrar una forma de regresar de manera segura”.
La violencia ha desplazado a más de 10,000 personas hasta febrero de 2024. Muchas de ellas ahora viven hacinadas en campamentos improvisados, sin acceso a agua potable, alimentos ni atención médica. Sin una respuesta inmediata que garantice protección a la población y acceso seguro a servicios médicos, la emergencia en Haití amenaza con transformarse en una catástrofe humanitaria irreversible.
La violencia en Puerto Príncipe, Haití, ha experimentado un nuevo y dramático aumento desde el 28 de febrero de 2024, con grupos armados atacando nuevas partes de la ciudad. Esta escalada en el conflicto, que ocurre con frecuencia en zonas residenciales, ha afectado profundamente a la comunidad y ha interrumpido seriamente al sistema de salud, que lucha por mantenerse funcional.
Desde octubre de 2023, los bombardeos israelíes en el sur del Líbano han provocado un desplazamiento masivo sin precedentes. Más de 1.2 millones de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares, buscando refugio en escuelas, iglesias y otros lugares improvisados. La capacidad de los refugios disponibles está ampliamente sobrepasada, con más del 70% de ellos al límite de su capacidad, lo que ha generado una presión preocupante sobre los recursos y servicios básicos.
La mayoría de las personas desplazadas huyeron sin artículos de primera necesidad, mientras que las comunidades y refugios que los acogen enfrentan también necesidades urgentes de agua potable, alimentos y atención médica. La situación humanitaria se agrava por la violencia persistente y la falta de acceso seguro a servicios esenciales.
“Aquella noche fue como una película de terror: aviones de guerra, ataques aéreos, de todo. Mientras íbamos en el coche, podíamos sentir cómo temblaba el suelo”.
Trabajamos en la región brindando atención médica urgente, apoyo psicológico y suministros básicos, pero la magnitud de la crisis supera la capacidad de respuesta. Muchas personas se encuentran en riesgo de enfermedades, desnutrición y trauma severo.
La situación en Líbano sigue siendo crítica, y se requiere una respuesta humanitaria urgente para proteger a la población desplazada y garantizar el acceso a servicios esenciales que salven vidas.
Tras los bombardeos israelíes a gran escala en Líbano durante la semana pasada, cientos de miles de familias libanesas se han visto obligadas a abandonar sus casas y a buscar por las carreteras un lugar seguro.
Nuestra independencia financiera nos permite actuar con autonomía ante las crisis y emergencias humanitarias porque nos da la libertad de decisión sobre dónde, cuándo y cómo intervenir, guiados únicamente por las necesidades médicas.
Como parte del esfuerzo de MSF por garantizar nuestra independencia y fortalecer nuestro vínculo con la sociedad, nos esforzamos por mantener un alto nivel de ingresos privados. En 2024, el 98 % de los ingresos operativos de MSF provino de fuentes privadas.
Los gastos operativos alcanzaron un nuevo récord histórico en 2024, con 2,384 millones de euros. Esto representa un aumento del 46 % en los últimos cinco años (2019-2024). La prioridad de MSF es maximizar la financiación destinada a los programas. La proporción de gastos directamente relacionados con la misión humanitaria de MSF alcanza el 79%. Los gastos de recaudación de fondos garantizan que MSF pueda seguir recibiendo una parte sustancial de la financiación de fuentes privadas e independientes.
Distribución de fondos a nivel internacional
Médicos Sin Fronteras (MSF) lleva a cabo sus actividades en México gracias al gracias al apoyo de más de 5,000 donantes y socios, así como de diversas empresas y fundaciones que contribuyen de manera constante a nuestros proyectos locales y a las emergencias internacionales. Así mismo, cuenta con el apoyo de MSF España, MSF Suiza y la Oficina Internacional de MSF para financiar sus operaciones.
Médicos Sin Fronteras en México A.C. centra sus esfuerzos en la financiación y gestión directa de sus proyectos en el México, así como en desarrollar actividades de comunicación pública, recaudación de fondos y la provisión de soporte a las operaciones humanitarias en el país, sean estas respuestas de emergencia o proyectos regulares.
Distribución de fondos en México
Contamos con la acreditación de Institucionalidad y Transparencia (AIT) otorgada por el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI).
Médicos Sin Fronteras es una organización mundialmente reconocida, acreedora de un Premio Nobel de la Paz y más de 20 reconocimientos nacionales e internacionales.
Como todas las oficinas de MSF, cada año Médicos Sin Fronteras en México A.C. somete sus estados financieros a auditorías independientes.
Transcripción del documento enviado por Bakertilly
BAKERTILLYInsurgentes Sur No. 1787 piso 4Col. Guadalupe InnDel. Álvaro Obregón01020, Cd. De MéxicoMéxico
A la Asamblea General de Asociados de:Médicos Sin Fronteras en México, A.C.
Hemos auditado los estados financieros adjuntos de Médicos Sin Fronteras en México, A.C., (La Asociación), que comprenden el estado de posición financiera al 31 de diciembre de 2024 y 2023, y los estados de actividades, y de flujos de efectivo correspondientes a los ejercicios terminados en esas fechas, así como las notas explicativas a los estados financieros que incluyen un resumen de políticas contables significativas.
En nuestra opinión, los estados financieros adjuntos presentan razonablemente, en todos los aspectos materiales, la posición financiera de Médicos Sin Fronteras en México, A.C., a 31 de diciembre de 2024 y 2023, así como sus resultados y sus flujos de efectivo correspondientes a los años terminados en esas fechas, de conformidad con las Normas de Información Financiera aplicables en México (NIF).
Hemos llevado a cabo nuestra auditoría de conformidad con las Normas Internacionales de Auditoría (NIA). Nuestras responsabilidades de acuerdo con dichas normas se describen más adelante en la sección “Responsabilidades del auditor en relación con la auditoría de los estados financieros” de nuestro informe. Somos independientes de la Asociación, de conformidad con el Código Internacional de Ética para la Profesión Contable del Consejo Internacional de Normas de Ética para Contadores (Código del IESBA), junto con los requerimientos de ética que son aplicables a nuestras auditorías de los estados financieros en México de conformidad con el Código de Ética Profesional del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, A.C. (Código del IMCP), y hemos cumplido con las demás responsabilidades de ética de conformidad con esos requerimientos y con los Códigos del IESBA y del IMCP. Consideramos que la evidencia de auditoría que hemos obtenido proporciona una base suficiente y adecuada para nuestra opinión.
BT CDMX, S.C.Firma Miembro Independiente deBaker Tilly International
Documento original
Los Estados Financieros Combinados cumplen con los estatutos de la asociación MSF International y con los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados de Suiza (Swiss GAAP FER/RPC, incluido Swiss GAAP FER/RPC 21). Los Estados Financieros Combinados se presentan en millones de euros y se preparan de acuerdo con el método de coste histórico.
El movimiento internacional de MSF está compuesto por 27 asociaciones, todas ellas parte de MSF Internacional, la asociación que vela por la identidad del movimiento. Internamente, 24 de estas asociaciones cuentan con oficinas conocidas como Secciones. Las Secciones son las estructuras fundamentales de MSF. Son oficinas que facilitan, implementan, apoyan y dirigen el cumplimiento de nuestra misión social. Reclutan personal, organizan la recaudación de fondos y comunican públicamente sobre las crisis humanitarias que los equipos de MSF presencian y a las que responden.
Las asociaciones de MSF están vinculadas a seis Direcciones Operativas que gestionan directamente nuestra acción humanitaria.
Varias Secciones de MSF han abierto oficinas en diferentes países para ampliar sus labores de apoyo. En diciembre de 2024, contábamos con 18 oficinas en todo el mundo. Adicionalmente, se han establecido oficinas satélite adicionales para apoyar nuestros programas, principalmente en las áreas de logística, suministro y epidemiología. Varias de estas oficinas satélite también son entidades jurídicas independientes.
Los Estados Financieros Combinados presentan la situación financiera general y los resultados de todas las entidades de MSF legalmente independientes.
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Parte de la misión de MSF es llevar el talento sin importar donde se encuentra a los lugares que más se necesita. En MSF México & Centroamérica recibimos 26 talentos de nuestro pool (o reserva de talentos) internacional móvil en nuestros proyectos y tuvimos 21 personas de LHS apoyando en Detachment (es decir, personal que se prepara para ser desplegado a cumplir su misión) a otros proyectos alrededor del mundo. Además, nuestro trabajo incluye el reclutamiento de talentos mexicanos y centro americanos para el pool móvil internacional, en el 2024 reclutamos 21 talentos de las ramas médicas, logística, administración, operaciones y psicología. En total 150 talentos conforman el pool internacional de MSF México & Centroamérica, quienes viajan a diferentes destinos en el mundo para apoyar donde más se necesita. En el 2024 se realizaron 93 salidas del IMS, siendo los destinos más comunes Mozambique 11%, Sudan del Sur 7%, Afganistán 6%, Honduras 6%, Yemen 5%, Palestina 5%, Sudan 5%, Chad 5% y Ucrania 5%. Estos profesionales pasan un promedio de 92 días en misión.
Conformación por residencia del Personal con Movilidad Internacional
Distribución por nacionalidad de personas localmente contratadas en MSF México & Centroamérica
Nuestras oficinas y proyectos son espacios sin fronteras donde compartimos nuestros conocimientos, experiencias y sobre todo nuestro propósito de ayuda a personas en situación de vulnerabilidad. En el 2024 trabajaron en MSF México & Centroamérica 422 personas de diferentes nacionalidades.
Distribución por tipo de formación
El trabajo de recursos humanos en MSF México & Centroamérica no solo incluye todo el trabajo administrativo y de cumplimiento legal. Nuestro compromiso de atención de calidad a nuestros beneficiarios conlleva procesos de reclutamiento y capacitación a nuestros talentos para mantener altos estándares de servicio. En el 2024 se llevaron 112 procesos de selección para posiciones locales y se realizaron 1731 formaciones para 536 personas.
“Espero que lo que me pasó, no le ocurra a nadie más… Lo que más quiero es olvidar lo que vi y sentí”, dice entre lágrimas Camila* desde un albergue para personas migrantes en Matamoros, en el norte de México. Su llanto es apenas una muestra de lo que padeció en la búsqueda de bienestar y seguridad al otro lado de la frontera norte.
En agosto del 2023, Camila huyó de su país por persecución política contra ella y su familia. Exceptuando los múltiples cobros ilegales a lo largo de la ruta, su trayecto ocurrió sin inconvenientes hasta que llegó a San Luis Potosí, en el centro–norte de México. “El autobús venía lleno y nos bajaron a todos. Nos montaron en otros camiones y nos devolvieron a Guatemala”, relata.
Camila no se dio por vencida y volvió a intentar un segundo viaje hacia el norte. Logró llegar a Monterrey y al comprar un boleto de autobús con destino a Reynosa, fue raptada junto con otras personas.
“En el primer recorrido nos pedían dinero sin violencia física; pero durante el segundo intento sí nos secuestraron y violentaron, ahí empezó lo peor. En Reynosa nos llevaron a una casa donde nos separaron a varones y a mujeres, nos tenían de pie porque no cabía más gente. En las noches llegaban hombres y sacaban a las mujeres… Ellos nos violaban constantemente, uno tras otro… No tenían piedad…”, cuenta Camila en medio del llanto.
Luego de 17 días, Camila fue liberada en Matamoros y acudió a uno de los pocos albergues de la ciudad. “Cuando supe de Médicos Sin Fronteras, acudí porque me sentía muy mal. No conozco la tranquilidad. Todavía hay momentos de crisis y muy difíciles, por ejemplo, me estoy tomando un café y no logro sostener mis lágrimas al recordar lo que me pasó. Trato de hablar, de reír, pero a veces nada funciona. Las psicólogas me han ayudado mucho, estoy en tratamiento y sé que aún me falta mucho para poder volver a ser la que yo era… El dolor es irreparable”, dice Camila.
Testimonios como este son frecuentes en las consultas de MSF en ciudades como Reynosa y Matamoros. “En los últimos meses, hemos visto un aumento de los casos relacionados con afectaciones por secuestros y violencia sexual contra las personas migrantes. Los pacientes nos cuentan que durante el camino son violentados, no reciben alimentos o agua, y la mayoría de las mujeres son víctimas de violencia física y sexual”, afirma Pooja Iyer, coordinadora del proyecto de MSF en estas dos localidades.
La grave situación de seguridad es una constante en toda la región. En Piedras Negras, Coahuila, los equipos de MSF también fueron testigos de los impactos de la violencia contra esta población. Rosaura*, quién huyó de Venezuela, fue secuestrada durante una semana y sufrió abusos sexuales por los raptores. Por no pagar el dinero que le pedían, perdió la cita que le habían asignado para pedir asilo en Estados Unidos de América a través de la aplicación CBP One, quedando a la deriva.
“La encontramos en una terminal de autobuses en Coahuila mientras nuestros equipos distribuían kits de invierno para enfrentar las bajas temperaturas. Al vernos, las 15 personas que estaban con ella negaron ser migrantes por el miedo que tenían de ser devueltos hasta la frontera sur después de estar tan cerca de EE. UU.”, relata Gustavo Marangoni, coordinador de logística del proyecto de MSF en Piedras Negras.
Las historias de Camila y Rosaura no son aisladas. Cada día, en los puntos de atención de MSF de la zona fronteriza, los testimonios se multiplicaban por la larga espera para acceder a una cita a través de CBP One para comenzar su proceso migratorio en EE. UU.
En Reynosa y Matamoros, en el último trimestre del 2023 se registró un aumento del 70% de consultas por violencia sexual con respecto a tres meses atrás del mismo año. Además, tan sólo en enero de 2024 se atendieron 28 casos, una cifra que supera cualquier mes del 2023. Entre octubre de 2023 y enero de 2023, los equipos de salud mental y trabajo social atendieron 395 casos de pacientes que fueron víctimas de violencia, así como 129 casos de consultas de personas que fueron secuestradas en la zona.
Por otro lado, en Piedras Negras, los equipos atendieron un total de 95 casos de violencia sexual, y a 177 personas que fueron víctimas de algún tipo de violencia, incluyendo secuestro, heridas, golpes, amenazas, desaparición forzada de familiares derivadas de hechos de violencia durante el trayecto migratorio y en la frontera en 2023.
“Estos hechos tienen un grave impacto en la salud física y emocional de las personas. Las consecuencias de las violencias pueden ser contusiones, traumatismos físicos, embarazos no deseados, contagios de enfermedades de transmisión sexual, e incluso, desencadenar síntomas de ansiedad, depresión, estrés agudo, estrés postraumático, entre otros. Brindar atención integral e inmediata para evitar mayores afectaciones en el futuro es esencial”, explica Ryan Ginter, coordinador del proyecto de MSF en Piedras Negras.
Sofía* y Lulú* son dos hermanas hondureñas que huyeron de su país en octubre de 2023 tras el asesinato de varios miembros de su familia. Cada una tiene cuatro hijos, pero decidieron viajar con los más pequeños y dejar a los mayores bajo resguardo de un familiar. “En Coahuila tuvimos que caminar más de ocho horas en el frío de la noche para llegar al albergue en una iglesia en Rio Bravo. Los niños más pequeños ya no lloraban ni se movían del frío que teníamos. No tenemos celular, ni cita, ni sabemos qué hacer”, cuenta Sofia mientras prepara la comida dentro del albergue.
Ante la gravedad de la situación que se vivió en la frontera noreste, en MSF reiteramos el llamado a las autoridades mexicanas y estadounidenses para aumentar sus esfuerzos en la atención integral a la población migrante frente a estos hechos de violencia. Exigimos que brinden mejores espacios de albergue con servicios adecuados y dignos para personas en movimiento, además de la implementación de vías legales de migración y asilo.
* Nombres cambiados para proteger la seguridad de pacientes y personas entrevistadas
Nos emociona profundamente contar con el testimonio de nuestra donante de MSF, gracias por su mirada atenta y su participación constante en nuestros encuentros con socios estratégicos. Porque cada gesto suyo nos recuerda que no estamos solas y solos en el terreno.
Socia de MSF desde 2020
“Más que una semblanza es un gran reconocimiento a Médicos Sin Fronteras hasta el nombre es muestra de su dedicación y entrega al servicio humanitario, también diría a ellos que son los ciudadanos del mundo, no de un país, ni de una religión porque su mente y sus esfuerzos están dedicado a salvar, orientar e impulsar a personas en distintas situaciones como son migrantes, en despiadas guerras, en diferentes conflictos, arriesgándose ellas y ellos mismos con su alto sentido de vida y de servicio filantrópico”
“En Promotora Social México creemos que toda vida merece ser protegida y que, aun en medio de las crisis más profundas, siempre es posible tender una mano. Por eso, apoyar a Médicos Sin Fronteras ha sido una decisión profundamente significativa. Admiramos su integridad, profesionalismo y vocación de servicio. Su capacidad de actuar con rapidez, llegar donde otros no pueden y brindar atención médica en contextos de emergencia nos inspira y nos compromete.
Sabemos que detrás de cada intervención hay un equipo altamente preparado y una operación logística que requiere recursos constantes. Los donativos no solo permiten su presencia en el terreno, sino que sostienen su independencia, su neutralidad y su capacidad de actuar con libertad, siempre con un solo propósito: salvar vidas. Cada peso donado se convierte en atención médica, refugio, alivio y esperanza para quienes enfrentan situaciones extremas.
Nuestra experiencia como donantes ha sido excepcional. Desde el primer acercamiento, hemos recibido información clara, cercana y oportuna. El equipo de MSF nos mantiene al tanto de las crisis que enfrentan y del impacto de las acciones en curso. Esta comunicación refuerza nuestro sentido de corresponsabilidad y nos permite tomar decisiones más conscientes como aliados.
Para Promotora Social México, MSF no es solo una organización aliada, es un referente de solidaridad y acción humanitaria. Saber que nuestra contribución puede ayudar a cambiar el destino de una persona en crisis nos reafirma que estamos en el camino correcto. Agradecemos profundamente su trabajo incansable y nos honra poder acompañarlos en esta misión”
MSF trabaja de la mano con aliados estratégicos que comparten nuestro compromiso y confían en nuestra labor, para implementar acciones que generen un impacto positivo en nuestras y nuestros pacientes, a la par de alcanzar sus objetivos de responsabilidad social.
Queremos reconocer y agradecer sinceramente a quienes nos han acompañado con solidaridad y compromiso durante los desafíos más apremiantes de 2024:
Deseamos seguir caminando junto a nuestros aliados estratégicos y abrir la puerta a nuevas Empresas y Fundaciones que se sumen a nuestros esfuerzos para que la salud sea derecho accesible para todas y todos.
Las Iniciativas solidarias son proyectos creativos que llevamos a cabo para recaudar fondos que apoyen a las operaciones médico-humanitarias de MSF
La iniciativa de “Corre por la Salud” busca impulsar valores como la humanidad, empatía y compromiso social del alumnado, las familias y los docentes. A través de los hábitos saludables, el deporte y la unión familiar; para generar una conciencia social sobre las diversas crisis a las que nuestras y nuestros pacientes se enfrentan.
La campaña “Platillo Solidario” une la solidaridad del gremio restaurantero y de las y los comensales. Esta iniciativa impacta en la salud de nuestras y nuestros pacientes en México y el mundo, a través de su platillo favorito.
Luga nos comparte su testimonio sobre la participación del restaurante Café de Tacuba, un importante aliado de la campaña realizada durante 2024.
“En el Café de Tacuba, creemos firmemente en el poder de la solidaridad y la responsabilidad social como pilares fundamentales para construir un mundo más justo y humano. Por esta razón, hemos decidido sumarnos como donadores a la labor de Médicos Sin Fronteras, una organización humanitaria internacional reconocida por su compromiso incansable con la atención médica en zonas de conflicto, desastres de origen natural y crisis sanitarias.
La labor de Médicos Sin Fronteras trasciende fronteras geográficas y políticas. Su capacidad para responder de manera rápida, ética y profesional ante las emergencias más urgentes representa un ejemplo poderoso de lo que puede lograrse cuando el foco está puesto en el bienestar humano por encima de todo.
Con este donativo, buscamos contribuir, aunque sea en una pequeña parte, al esfuerzo inmenso que hacen por llevar alivio, salud y esperanza a millones de personas en situaciones vulnerables. Es un honor poder colaborar con una causa tan relevante y vital para nuestro mundo.
Una labor tan relevante como la que acabo de describir, no podría lograrse sin los donativos de quienes les rodean, por lo cual nos parece un acto de responsabilidad social seguir contribuyendo a esta causa y promover que otras empresas también puedan hacerlo.
La fundación es ética, amable y comprometida, además de lograr su labor con excelencia, la manera de apoyar a sus donadores es servicial y acomedida. Ha sido un placer colaborar con MSF”
El Testamento Solidario es un acto profundo de generosidad y compromiso con la vida. A través de él, las personas deciden incluir a MSF en su testamento, permitiendo que nuestra acción médico-humanitaria independiente siga salvando vidas incluso después de su partida.
Gracias a nuestra alianza pro bono con Fundación Basham, ofrecemos asesoría legal gratuita y confidencial para que la voluntad de quienes deciden dejar un legado solidario se respete y se cumpla con total claridad y cuidado.
Para Médicos Sin Frontera, es fundamental sensibilizar sobre las crisis humanitarias y conflictos que afectan a millones alrededor del mundo. Para ello, utilizamos una variedad de formatos, incluyendo piezas periodísticas, fotográficas, audiovisuales y artísticas multidisciplinarias. A continuación, presentamos un resumen de nuestras actividades más destacadas en 2024.
En abril, participamos en el Festival Revuelo Revoltoso de Alas y Raíces, creando una zona infantil interactiva. Niños, niñas y adultos exploraron su creatividad a través de la pintura, mientras aprendían sobre las profesiones de los equipos de MSF que brindan atención médico-humanitaria a la infancia a nivel global.
En julio, llevamos color y esperanza al Centro de Atención Integral (CAI) mediante talleres de pintura, lectura y origami con los que buscamos fomentar la autoexpresión y la creatividad en la población en movimiento. En el taller de pintura, los participantes plasmaron sus historias y sueños en lienzos y bolsas de tela, creando recuerdos personales. El taller de lectura, centrado en “El Viaje de Juan Pablo”, permitió a adultos e infancias conectar con experiencias de otros, fortaleciendo su sentido de identidad. Finalmente, el origami enseñó a crear figuras como palomas y mariposas, símbolos de libertad y solidaridad, estos mensajes fueron colgados para inspirar a futuros visitantes. Reafirmamos nuestro compromiso con el CAI como un espacio de apoyo, desarrollo de talentos y construcción de futuro, convencidos del poder sanador y transformador del arte.
Desde octubre de 2023, hemos realizado movilizaciones internas para visibilizar la grave situación en Gaza. El 23 de mayo, nos manifestamos en el Monumento a la Madre en la Ciudad de México, destacando las catastróficas consecuencias de los bombardeos en la población civil, especialmente en los niños. A la fecha, más de 14,000 niños han sido asesinados en Gaza. Con la colaboración de la ilustradora Jimena Estíbaliz, lanzamos un llamado contundente: “¡Ni un día más. Alto al fuego ya!“. La ilustración se inspiró en la imagen de un niño gazatí haciendo fila por agua durante el asedio de Rafah en abril de 2024.
Casi un año después del inicio del conflicto, el sufrimiento de los palestinos en Gaza es indescriptible. En octubre, nos movilizamos nuevamente para reiterar nuestro llamado a un alto al fuego inmediato y resaltar la catástrofe humanitaria. Realizamos una ofrenda para conmemorar a las más de 41,500 personas asesinadas, miles de víctimas y familiares, y a todos los afectados por los brutales ataques indiscriminados. Compartimos testimonios recabados por MSF y expresamos los sentimientos surgidos de esta conmemoración.
Presentamos “Una y miles”, un corto animado que narra la historia de dos mujeres migrantes, sobrevivientes de secuestro y violencia extrema en México, quienes se encuentran en terapia en el CAI. Sus voces, que retratan lo perdido y encontrado en su difícil viaje hacia Estados Unidos, son el motor de esta obra. Trece artistas mexicanas participaron, destacando la humanidad de miles de mujeres que, además del riesgo de migrar, enfrentan violencia por su género.
La presencia de Médicos Sin Fronteras en el ecosistema mediático de Guatemala, Honduras y México forma parte de nuestro compromiso con dar testimonio de nuestras actividades en la región y alrededor del mundo. A través de notas, entrevistas y colaboraciones en distintos canales informativos, buscamos visibilizar nuestro trabajo y posicionar las problemáticas que atendemos en más de 70 países.
Esta estrategia nos permite fortalecer la confianza de quienes nos apoyan, además de sensibilizar a audiencias sobre contextos humanitarios complejos y fomentar el diálogo con otros sectores clave.
Durante 2024, logramos un alcance de entre 200 y 250 millones de impactos por publicaciones al mes. A continuación, destacamos momentos clave en medios de comunicación:
Ciudad de México no es Ciudad Santuario para migrantes
Cirujano mexicano regresa de Gaza
Reporte Anual de Migración
Aumento de caravanas migrantes en Chiapas
Violencia sexual contra migrantes en el norte de México
Invasión de Rafah en Gaza
Lanzamiento "Una y miles" y "Platillo Solidario"
Jefa de misión mexicana en Haití
En Médicos Sin Fronteras cumplimos 50 años de acción médico-humanitaria en Honduras. Se trata de un hito: es el primer país del mundo en el que la organización llega a este aniversario. Con apenas tres años de existencia, en 1974 llegamos por primera vez a este país centroamericano para responder a las afectaciones causadas por el Huracán Fifí, que dejó miles de personas damnificadas y muertas. Y desde entonces hemos permanecido para apoyar a la sociedad hondureña en múltiples situaciones críticas.
Durante cinco décadas, los equipos de MSF han respondido a otros desastres de origen natural como el Huracán Mitch en 1998, ETA e Iota en 2020, y tormentas tropicales. Epidemias como la del Chagas, dengue y Covid-19. Y otras emergencias silenciosas e invisibilizadas como la violencia urbana y violencia sexual, falta de acceso a salud sexual y reproductiva, migraciones por conflictos armados y desplazamientos forzados y exclusión médica de grupos sociales vulnerables como habitantes de calle, consumidores de drogas, personas que viven con VIH, adolescencias, personas trabajadoras del sexo y poblaciones LGBTIQ+.
En pocas palabras, en Honduras, desde MSF hemos actuado en casi todos los tipos de emergencias que constituyen nuestra razón de ser como organización médico-humanitaria internacional que asiste a las poblaciones en las situaciones más precarias. Cada una de estas respuestas nos ha dejado lecciones claves para la consolidación de lo que es actualmente MSF, y esto no hubiera sido posible sin la existencia de experiencias tan enriquecedoras y extensas como la que ha tenido en Honduras.
El período de guerras civiles en Centroamérica en la década de 1980 provocó un éxodo masivo de personas que provenían de El Salvador, Guatemala y Nicaragua. En este tiempo MSF, como única organización médico-humanitaria en los campos de refugiados, tuvo un rol importante denunciando los abusos y violencias cometidos por los ejércitos en conflicto.
La falta de asistencia sanitaria en Honduras a finales del siglo XX se evidenció crudamente en las personas que viven con VIH. En esa época el país no contaba con leyes apropiadas ni acceso a tratamientos oportunos. En estos años, comenzamos a trabajar en Tegucigalpa, la capital hondureña, en la incidencia para la creación de marcos legales para la atención y en el acceso de medicamentos en los sistemas de salud públicos. Y posterior nos trasladamos al norte del país, para trabajar con las comunidades garífunas en educación sexual y reproductiva. Así comenzamos el enfoque de las comunidades como nuestras aliadas.
En Honduras, la violencia sexual es una emergencia silenciosa. Cada año, miles de personas, principalmente mujeres y niñas, son víctimas de este delito. A pesar de la gravedad de estas situaciones, el país no contaba con un protocolo de atención a víctimas y sobrevivientes de violencia y violencia sexual. En 2023, tras 13 años de incidencia, la Secretaría de Salud oficializa el Protocolo Nacional y se aprueba la pastilla anticonceptiva de emergencia.
Durante décadas, Honduras ha vivido en una crisis permanente. Desastres de origen natural, epidemias, violencia, desplazamiento, exclusión médica: en este país de América Central se combinan múltiples factores que amenazan cada día el bienestar de la población.
Pese a los esfuerzos de los gobiernos en turno, en muchos casos la magnitud de estas dinámicas ha sobrepasado las capacidades institucionales para atenderlas.
Por esa razón, desde hace 50 años Médicos Sin Fronteras (MSF) hemos estado de manera constante en el país para ayudar a aliviar el sufrimiento causado por estas situaciones. En Honduras está la misión más larga en toda la historia de nuestra organización. A través de distintos proyectos regulares y de emergencia, en MSF trabajamos de la mano de la población hondureña y de las instituciones públicas para mejorar el acceso a la salud física y mental en el país.
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