Arauca, un territorio marcado por el conflicto armado y migración

En esta región fronteriza con Venezuela el recrudecimiento del conflicto, la migración y las emergencias por las lluvias han desbordado las capacidades institucionales.

MSF lleva clínicas móviles a comunidades rurales afectadas por el conflicto armado en los municipios de Arauca, Tame, Arauquita y Puerto Rondón, así como a asentamientos informales en la capital de Arauca, donde viven migrantes venezolanos, colombianos que regresan de Venezuela y personas desplazadas forzosamente.
MSF lleva clínicas móviles a comunidades rurales afectadas por el conflicto armado en los municipios de Arauca, Tame, Arauquita y Puerto Rondón, así como a asentamientos informales en la capital de Arauca. © Natalia Romero Peñuela

Las poblaciones más vulnerables de Arauca enfrentan múltiples obstáculos para acceder a servicios de salud, tanto en la capital como en las áreas rurales. En este departamento, ubicado en el oriente de Colombia, en la frontera con Venezuela, confluyen tres factores críticos que han desbordado las capacidades locales desde 2022:

  1. La migración continua desde Venezuela
  2. El recrudecimiento del conflicto armado
  3. Las emergencias naturales derivadas de inundaciones en temporada invernal.

 

MSF brinda atención médica a víctimas del conflicto armado y migrantes con barreras de acceso a la atención médica en Arauca.
Equipos de MSF brindan atención médica a víctimas del conflicto armado y migrantes con barreras de acceso a la atención médica en Arauca. Colombia, 2025. © Natalia Romero Peñuela

 

“Este escenario complejo ha generado necesidades médicas y humanitarias que requieren mayor atención de entidades estatales y organizaciones internacionales”, asegura Alejandro Matos, coordinador de Médicos Sin Fronteras en la zona.

Ante esta realidad, desde marzo de 2025, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha implementado un programa con dos componentes:

  • El primero se enfoca en los asentamientos de las zonas periféricas de Arauca capital, donde el equipo médico atiende principalmente a víctimas de desplazamiento forzado a causa del conflicto, migrantes venezolanos y colombianos retornados desde Venezuela.
  • El segundo está dirigido a la población rural afectada por el conflicto armado en los municipios de Tame, Arauquita y Puerto Rondón.

Entre el 3 de marzo y el 23 de mayo, los equipos de MSF realizamos 885 consultas médicas generales, 254 consultas de salud sexual y reproductiva, 19 consultas a mujeres embarazadas y 105 consultas individuales de salud mental.

 

Un territorio marcado por la violencia y migración

Arauca fue el tercer departamento del país con mayor número de víctimas de confinamiento forzado en 2024. Cerca de 10,000 personas afectadas, según el monitoreo realizado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR)¹. Históricamente, diversos grupos armados no estatales se han disputado el control de esta región fronteriza. Durante 2024, el conflicto entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias del Estado Mayor Central, de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se agudizó luego de la suspensión de negociaciones de paz que el Estado llevaba con cada grupo².

 

Equipo de MSF visita las comunidades de Arauca.
En esta región el recrudecimiento del conflicto, la migración y las emergencias por las lluvias han desbordado las capacidades institucionales. © Natalia Romero Peñuela

 

El conflicto entre ambos actores armados y contra el Ejército ha generado grandes barreras para el acceso a salud en las veredas. “Además de que cuentan con poco presupuesto, los prestadores de servicios médicos no pueden ingresar a muchos territorios debido a las hostilidades. Mientras que las comunidades rurales tampoco pueden desplazarse para buscar atención médica por temor a la violencia”, describe Matos.

“Los servicios centralizados en las cabeceras municipales resultan poco efectivos. Aunque los prestadores de salud realizan a veces clínicas móviles en algunas zonas periféricas no se proporcionan todos los medicamentos necesarios durante esas visitas. Los pacientes deben trasladarse a las cabeceras para reclamar los medicamentos prescritos. Pero no pueden hacerlo por las restricciones de movilidad derivadas del conflicto o escasez de recursos”, añade el coordinador.

En la zona urbana de Arauca capital también existen algunas dificultades de acceso a salud para poblaciones vulnerables de bajos recursos que viven en asentamientos informales de la periferia, como colombianos retornados desde Venezuela, víctimas de desplazamiento y migrantes. Según cifras oficiales, en el departamento hay unos 75,000 venezolanos con vocación de permanencia, de los cuales poco más de 47,000 viven en la capital³.

“Aunque según las cifras oficiales, casi un 74% tiene Permiso por Protección Temporal, que teóricamente les permite acceder al sistema de salud y educación, las personas migrantes continúan enfrentando grandes barreras para acceder a servicios básicos y lograr integración socioeconómica. Aumentando su vulnerabilidad ante otros riesgos relacionados con el conflicto armado”, señala Matos.

 

El impacto invisible: afectaciones en salud mental

La violencia y la incertidumbre han dejado profundas huellas en la salud mental de las comunidades en Arauca. En los asentamientos informales, los equipos de MSF han evidenciado afectaciones psicológicas significativas entre la población migrante venezolana, derivadas de la incertidumbre sobre su futuro y las necesidades socioeconómicas que enfrentan diariamente.

En las áreas rurales, el panorama es aún más preocupante. “El miedo constante y el estrés provocado por el confinamiento y los enfrentamientos generan afectaciones psicosociales que se manifiestan físicamente en enfermedades musculares, trastornos del sueño y otros síntomas somáticos. Es fundamental fortalecer la atención integral en salud mental para estas poblaciones vulnerables”, añade Blanca Quintana, gestora médica en la región.

 

Habitantes de Arauca, Colombia
Los equipos de MSF han evidenciado afectaciones psicológicas significativas entre la población migrante venezolana. © Natalia Romero Peñuela

 

Médicos Sin Fronteras alertamos sobre las necesidades médicas de las poblaciones especialmente vulnerables del departamento de Arauca. Instamos a las entidades estatales a fortalecer el sistema de salud departamental. Principalmente para focalizar sus servicios en las comunidades más afectadas en las zonas rurales y en los asentamientos periféricos de la capital.

Colombia vive actualmente el mayor recrudecimiento del conflicto armado de la década entre múltiples grupos armados no estatales y el Ejército. Además de Arauca, desde marzo pasado los equipos de MSF también brindan asistencia médica a comunidades confinadas en la subregión de Catatumbo, en Norte de Santander, frontera con Venezuela.

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