Belén Caminoa, asesora pediátrica en República Centroafricana

En el medio del continente africano, como su nombre lo indica, RCA es un poco más pequeña que Francia, pero cuenta con carreteras muy limitadas para conectar los centros regionales con la capital, Bangui. Cuatro millones de personas están dispersas a lo largo del país, muchas de ellas aún desplazadas desde los intensos conflictos de 2013/2014. La seguridad sigue siendo una preocupación.

La Doctora Belén Caminoa cruzó República Centroafricana (RCA) en avión para evaluar tres hospitales operados por Médicos Sin Fronteras (MSF), en los que proporcionar y obtener atención médica conlleva varios desafíos.
 
En medio del continente africano, como su nombre lo indica, RCA es un poco más pequeña que Francia, pero cuenta con carreteras muy limitadas para conectar los centros regionales con la capital, Bangui. Cuatro millones de personas están dispersas a lo largo del país, muchas de ellas aún desplazadas desde los intensos conflictos de 2013/2014. La seguridad sigue siendo una preocupación.
 
Belén explica cómo sus visitas como asesora pediátrica ayudan a evaluar cómo están progresando las actividades en los proyectos médicos, dar seguimiento a cualquier capacitación que se haya llevado a cabo y proveer capacitación adicional donde se requiera, aclarar cualquier pregunta que los equipos tengan sobre los protocolos o guías, y revisar de primera mano cualquier caso crítico que exista durante la visita. Dependiendo del país, esto puede implicar unos cuantos viajes.
 
“Estuve siguiendo RCA desde finales de 2015; específicamente, estoy siguiendo tres proyectos con actividades pediátricas y neonatales. Pasé cuatro días en cada uno: Carnot, cerca de Camerún, en el oeste; Paoua en el noroeste camino a Chad; y Bria en el este, cerca de la frontera con Congo y Sudán. Tenía que volver a Bangui, la capital, en medio de cada uno”.
 
“Comencé cada visita presenciando el cambio de turno de la mañana. Es una rutina para mí, me da la oportunidad de presentarme y explicar por qué estoy visitando el proyecto. Después paso por los diferentes departamentos: desde emergencia y cuidados intensivos a cada una de las guardias, incluyendo la unidad neonatal. Si el trabajo de MSF incluye actividades ambulatorias, también tengo que estar presente. También me aseguro de ver todas las áreas del hospital – por ejemplo, la maternidad, la farmacia, la cocina si hay – para entender cómo está funcionando todo”, explica Belén.  
 
El sistema de salud en RCA tiene varias limitaciones, incluyendo la falta de personal calificado; y la mortalidad de neonatos e infantes se mantiene alta. El personal de MSF trabaja con grandes números de pacientes, por lo que la capacitación constante para mejorar y mantener la calidad de atención es vital.
 
“Me interesaba especialmente tener una retroalimentación por parte de nuestro personal y ver cómo los había beneficiado el trabajo con la nueva pediatra rotativa. Esta es una posición de personal internacional que creamos para estos proyectos en RCA. La pediatra rota entre los tres proyectos constantemente, pasando dos meses en cada uno y focalizándose en un aspecto diferente de la atención en cada oportunidad. Esta vez ella había estado trabajando de cerca en la atención neonatal así que yo esperaba ver los resultados de eso, especialmente en lo que tiene que ver con la organización y el uso correcto de los protocolos”.
 
Dar a luz en el hogar sigue siendo algo común en RCA, por lo que los equipos atienden a bebés que enfermaron luego de nacer en su casa, añ igual que a los nacidos en la maternidad del hospital.
 
“Con las guías neonatales, los equipos pueden tratar bebés enfermos, pequeños y prematuros siempre que no sea un cuadro demasiado complejo. Pueden darles oxígeno y monitorear la saturación de oxígeno, proveer infusiones intravenosas y estabilizar a un paciente crítico si es necesario; manejar infecciones severas, de la piel y meningitis. Este tipo de atención cubre varias de las amenazas para la supervivencia de un recién nacido. El clima de trabajo es bueno y los equipos están trabajando muy duro”
 
Después de tratar pacientes de sarampión de primera mano en 2013, esta segunda visita a RCA requirió un enfoque diferente.
 
“Como pediatra una siempre está enfocada en casos individuales, caso por caso. Pero como asesora pediátrica el objetivo es tener una visión general de la situación, entender el contexto y los desafíos del proyecto, incluyendo cuestiones más amplias como la logística y los recursos humanos, que también hacen a la atención que puede recibir un paciente. Al guiar la atención médica teniendo en cuenta todas estas cosas, uno puede dar apoyo a los equipos en el terreno para que alcancen lo que desean alcanzar, pero también ayudarlos a adaptarse a cualquier limitación”.
 

La historia del recién nacido que logró sobreponerse a la situación más crítica

 
Para los recién nacidos, la prematuridad, el bajo peso al nacimiento, las infecciones y la falta de oxígeno al nacer pueden ser mortales. Con una alta proporción de mujeres dando a luz en sus hogares, los recién nacidos en RCA muchas veces no reciben la atención esencial que permitiría evitar, o comenzar a abordar, cualquier complicación. En las áreas rurales de Bria, Carnot y Paoua, los equipos de MSF pueden tratar a bebes prematuros, pequeños o enfermos siempre que su cuadro no sea demasiado complicado. Los casos más serios, sin embargo, necesitan traslado urgente por aire a la capital, Bangui.
 
“En Paoua teníamos un recién nacido en situación crítica que había sido admitido con una infección severa, lo que llamamos sepsis. Yo acababa de llegar y fui directo a la unidad neonatal. Sólo unos minutos después de haber llegado a los pies de su cama el bebé tuvo un paro cardíaco. Una vez que lo resucitamos, el equipo recién tuvo el tiempo de explicarme su historia. Lo habían traído cinco días después de haber nacido, y parecía haber mejorado, pero ahora era obvio que había comenzado a deteriorarse nuevamente. Su infección había derivado en una enterocolitis necrotizante, una inflamación aguda del abdomen que puede ser mortal, por lo que necesitaba cirugía. El equipo y yo acordamos que necesitábamos transferirlo a Bangui en el próximo vuelo, si lograba sobrevivir”, explica la Dra. Caminoa.
 
Si bien MSF ya no maneja la cirugía en el hospital Paoua, supervisa todos los traslados a Bangui para todos los casos de cirugía compleja y trauma, tanto de adultos como de niños. En Bangui, la responsabilidad se divide entre MSF para los adultos y la agencia no-gubernamental italiana Emergency para los niños. Las dos instalaciones quirúrgicas están ubicadas una al lado de la otra.
 
“Le explicamos a la madre que el traslado en sí era riesgoso, pero que si su bebé no era trasladado podía morir. Tuvimos que esperar desde el jueves hasta el lunes, manteniéndolo estable con antibióticos, fluidos y oxígeno. Para el lunes, resultó que teníamos tres pacientes que evacuar: un adulto y un niño, ambos con una fractura expuesta, y nuestro recién nacido en condición realmente crítica”, agrega la Dra. Caminoa.
 
“Lo transferimos en los brazos de su madre durante todo el vuelo, mientras yo monitoreaba su respiración y la infusión intravenosa. Necesitaba oxígeno, pero no contamos con oxígeno en el avión. Un poco en broma, le pedimos a los pilotos si podían volar más bajo para incrementar el nivel de oxígeno. Al poco tiempo, ¡podíamos ver la tierra más clara de lo que se ve normalmente! Cada quince minutos giraban la cabeza y preguntaban: “¿Todavía está bien?”.
 
Habíamos coordinado con el equipo en Bangui y una ambulancia ya estaba esperando en la pista de aterrizaje. Tan pronto como llegamos el bebé recibió oxígeno para ayudar a estabilizarlo. Una vez que fue admitido en el hospital se estabilizó a tal nivel que pudieron planear la cirugía al día siguiente. Eso fue muy gratificante para todos los que habían estado implicados: haber podido atenderlo y llevarlo en forma segura a cirugía cuando había estado en tan grave estado”.
 
En 2015, MSF realizó 17 proyectos a lo largo de la República Centroafricana, involucrando más de 2,400 trabajadores nacionales y 240 profesionales internacionales. Como una de las ONG que provee la mayoría de los servicios de salud, nuestras actividades médicas incluyen pediatría, vacunación, atención a víctimas de violencia sexual, cirugía de trauma y tratamiento de VIH/Sida.

 

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