Transferimos el proyecto de atención de la fiebre de Lassa al estado de Ebonyi

Tras siete años de apoyo a las autoridades sanitarias del estado de Ebonyi, ahora están equipadas para asumir la atención de la fiebre de Lassa.

Chima Chinda, científica de laboratorio de MSF, trabaja en una muestra de sangre de un caso sospechoso de fiebre de Lassa en la unidad de virología del hospital universitario federal Alex Ekwueme en Abakaliki, estado de Ebonyi, Nigeria, marzo de 2023.
Chima Chinda, científica de laboratorio de MSF, trabaja en una muestra de sangre de un caso sospechoso de fiebre de Lassa en la unidad de virología del hospital universitario federal Alex Ekwueme en Abakaliki, estado de Ebonyi, Nigeria, en marzo de 2023. © Abba Adamu Musa/MSF

Después de siete años de apoyo fundamental de Médicos Sin Fronteras (MSF), las autoridades sanitarias locales del estado de Ebonyi, ahora están bien equipadas para asumir la atención de la fiebre de Lassa con una infraestructura y capacitación mejoradas, salvando vidas y restableciendo la confianza en el sistema de atención de la salud.

 

Afuera del hospital docente de la Universidad Federal Alex Ekwueme en Abakaliki, Nigeria, marzo de 2023.
Vista exterior del hospital docente de la Universidad Federal Alex Ekwueme en Abakaliki, Nigeria, marzo de 2023. © Abba Adamu Musa/MSF

 

A principios de 2018, el estado de Ebonyi, en el sureste de Nigeria, se enfrentó a un grave problema de salud pública. La fiebre de Lassa, una enfermedad tropical desatendida hemorrágica viral potencialmente mortal, registró un brote estacional particularmente intenso, que saturaba los hospitales y se cobró numerosas vidas, especialmente entre el personal sanitario expuesto a la infección.

“Perdimos médicos, enfermeras y personal de limpieza”, recuerda la Dra. Nnennaya Anthony Ajayi, entonces jefa de servicios clínicos de la unidad de virología del Hospital Universitario Federal Alex Ekwueme en Abakaliki (AE-FUTHA), el principal centro de referencia del estado. “Se desató el pánico. En el hospital, fallecieron 16 profesionales sanitarios. Las personas tenían miedo de acercarse a urgencias”.

Aunque los gobiernos federal y estatal ya habían avanzado —construyendo una sala de aislamiento y estableciendo un laboratorio de virología—, AE-FUTHA no estaba preparada para la magnitud del brote. El equipo de protección personal era escaso. Los procedimientos de control de infecciones no estaban claros. Las muestras debían enviarse a laboratorios distantes para su confirmación. En ocasiones, los pacientes sospechosos se mantenían en espacios abiertos, y los riesgos para el personal eran devastadores.

 

Un médico de MSF levanta las manos mientras lo rocian con cloro diluido en agua tras una ronda de guardia en la unidad de virología del Hospital Universitario Federal Alex Ekwueme en Abakaliki, estado de Ebonyi. Nigeria, marzo de 2023.
Un médico de MSF levanta las manos mientras lo rocian con cloro diluido en agua tras una ronda de guardia en la unidad de virología del AE-FUTHA, estado de Ebonyi. Nigeria, marzo de 2023. © Abba Adamu Musa/MSF

 

En ese contexto, MSF llegó a Abakaliki para apoyar la respuesta. Lo que comenzó como una intervención de emergencia pronto se convirtió en una colaboración de siete años con el Ministerio de Salud del estado de Ebonyi, sentando las bases para una atención sostenible y local de la fiebre de Lassa.

 

Proteger a los trabajadores de la salud y mejorar la atención a los pacientes

Desde el principio, la principal prioridad de MSF fue clara: detener la pérdida de trabajadores sanitarios.

“Teníamos que poner fin a esta serie de muertes evitables”, afirma Alain-Godefroid Ndikundavyi, el último coordinador del proyecto de MSF en Ebonyi. “Nuestro principal objetivo era revertir esta tendencia y reforzar la capacidad del hospital para recibir y tratar mejor a los pacientes con la enfermedad”.

Nuestra intervención fue de amplio alcance. MSF construimos áreas de triaje y observación, distribuimos equipos de protección personal, implementamos sistemas robustos de prevención y control de infecciones y capacitamos al personal local para gestionar los casos de Lassa de forma segura y eficaz.

“Nos ayudaron a estructurar el flujo de pacientes, la prevención y el control de infecciones, y las medidas de bioseguridad, y nos proporcionaron lo necesario para trabajar con seguridad”, dice el Dr. Ajayi. “Nos aportaron estructura, capacitación y, lo más importante, esperanza”.

En total, se impartieron más de 230 sesiones de capacitación para el personal sanitario y se fortaleció la capacidad de laboratorio, lo que permitió un diagnóstico más rápido. Finalmente, se implementó un nuevo modelo de atención para proteger al personal y brindar un mejor apoyo a los pacientes.

 

Un sobreviviente de la fiebre de Lassa tiene una sesión de salud mental con la consejera de MSF, Ada, en su casa en el barrio de Abakaliki, estado de Ebonyi, Nigeria, marzo de 2023.
Un sobreviviente de la fiebre de Lassa tiene una sesión de salud mental con la consejera de MSF, Ada, en su casa en el barrio de Abakaliki, estado de Ebonyi, Nigeria, marzo de 2023. © Abba Adamu Musa/MSF

 

Entre 2018 y 2024, MSF apoyamos el tratamiento de 1701 casos sospechosos y 427 casos confirmados de fiebre de Lassa. Médicos Sin Fronteras también cubrimos el costo total de la atención a los pacientes —incluyendo diálisis, medicamentos y comidas—, lo que redujo significativamente las muertes.

Un dato crucial fue que las muertes entre los trabajadores de la salud disminuyeron drásticamente y pasaron años sin que se registrara una sola muerte.

 

Más allá del hospital

Pero en MSF comprendimos que detener la fiebre de Lassa requería acciones que trascendieran los límites del hospital. La enfermedad prolifera en comunidades con poca concienciación sobre la salud pública y una detección temprana deficiente.

“Para cerrar esa brecha, movilizamos equipos de promoción de la salud que realizaron más de 4,500 sesiones educativas y casi 1,300 visitas comunitarias en todo el estado de Ebonyi”, afirma Ndikundvyi. “Estos esfuerzos desmitificaron la enfermedad, corrigieron ideas erróneas y fomentaron la búsqueda temprana de atención médica”.

Médicos Sin Fronteras también apoyamos a dos clínicas en zonas rurales (Izzi Unuhu y Onuebonyi), brindándoles capacitación, equipo de laboratorio, suministros médicos e incluso construyendo torres de agua para garantizar un saneamiento seguro. El objetivo era detectar la fiebre de Lassa a tiempo y aliviar la carga de AE-FUTHA.

“Nos dimos cuenta de que para combatir realmente el Lassa, la respuesta tenía que empezar a nivel comunitario”, afirma Ndikundavyi.

 

Chidinma Ugonna, oficial de promoción de la salud de MSF, educando al público sobre la fiebre de Lassa en el mercado de Iboko, julio de 2023.
Chidinma Ugonna, oficial de promoción de la salud de MSF, educa al público sobre la fiebre de Lassa en el mercado de Iboko, estado de Ebonyi, Nigeria, julio de 2023. © Nathalie San Gil/MSF

 

Un nuevo capítulo

En 2025, MSF transferimos formalmente las operaciones al Ministerio de Salud del estado de Ebonyi y a AE-FUTHA. Esta transición se planificó cuidadosamente e incluyó donaciones de equipo médico, ambulancias y herramientas de gestión de residuos. Se proporcionaron suficientes suministros para la siguiente temporada alta de fiebre de Lassa.

“Entregamos oficialmente las responsabilidades de gestión a finales de 2024, pero mantuvimos un equipo de observación hasta marzo de este año, en caso de que el Ministerio necesitara recursos adicionales”, dijo Ndikundavyi.

Médicos Sin Fronteras también apoyó la creación de comités internos dentro de AE-FUTHA para mantener los estándares de control de infecciones, atención al paciente y respuesta a brotes, garantizando así la continuidad del progreso tras nuestra partida. En términos más generales, los expertos de MSF colaboraron con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Nigeria y las autoridades estatales y federales para mejorar las directrices de detección, prevención y atención médica.

 

Chima Chinda, científica de laboratorio de MSF, trabaja en una muestra de sangre de un caso sospechoso de fiebre de Lassa en la unidad de virología del hospital universitario federal Alex Ekwueme en Abakaliki, estado de Ebonyi, Nigeria, marzo de 2023.
Chima Chinda, científica de laboratorio de MSF, trabaja en una muestra de sangre de un caso sospechoso de fiebre de Lassa.  Nigeria, marzo de 2023. © Abba Adamu Musa/MSF

 

Hoy, AE-FUTHA es un lugar diferente. Atrás quedaron los días de equipos improvisados ​​y personal aterrorizado. El personal sanitario ahora opera con confianza, conocimiento y el equipo adecuado. Los pacientes reciben un trato digno y los sobrevivientes regresan a casa con esperanza. No como marginados, sino como símbolos de resiliencia.

La lucha contra la fiebre de Lassa no ha terminado. Solo en 2024, se registraron 24 casos confirmados en AE-FUTHA, con una muerte entre el personal hospitalario. Esto sigue siendo trágico, pero dista mucho de lo ocurrido en 2018, cuando fallecieron 16 profesionales de la salud.

“Ya no tenemos miedo”, dice el Dr. Ajayi. “Médicos Sin Fronteras nos ayudó a creer que podíamos combatir la fiebre de Lassa y ganar”.

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