Gaza: “Dormir era una palabra desconocida”

Michelle Ravell, coordinadora de enfermería en Gaza
© Michelle Ravell

Michelle Ravell, enfermera mexicana de MSF, nos comparte su experiencia tras 26 días de misión como coordinadora de enfermería en territorio palestino. También ha trabajado con Médicos Sin Fronteras (MSF) en México y Sudán del Sur.


¿Qué pasó cuándo empezaron los bombardeos en Gaza? ¿Cómo fueron esos días

Es indescriptible todo lo que viví esas semanas en Gaza.  Lo que está sucediendo no comenzó el 7 de octubre, la gente lleva años viviendo así, oprimidas, violentadas, son inhumanas las condiciones en las que sobrevive la población civil. Eran bombardeos en la mañana, en la tarde, en la noche, en la madrugada. Cada bombardeo era más cerca que el otro, pensaba que el siguiente podría caer en donde estábamos nosotros.

Dormir era una palabra desconocida. El sonido de las bombas, de los misiles, de la artillería, los jets, drones, no daban tregua ni descanso. Sólo podía pensar que una catástrofe estaba sucediendo. La gente salía a buscar comida, un pan, algo de agua, y ya no regresaban. Un compañero conductor salió a buscar pan, al regresar tuvo que rescatar a su familia de entre los escombros porque bombardearon su casa.

Michelle Ravell, coordinadora de enfermería en Gaza
Nuestra compañera Michelle en Gaza. © Michelle Ravell

 

¿Qué pasa con toda la población afectada en Gaza?

La falta de material médico es un problema, no hay suficiente desinfectante, no hay suficientes camas, no hay suficientes hospitales, ni medicamentos, y me parece una brutalidad que los hospitales y las ambulancias sean atacados. La población civil es la que está sufriendo.

Nosotros pasamos algunos días en refugios, en Khan Younis éramos 15 mil personas, había solamente dos baños, no hay electricidad, ni comida, ni agua para tomar, escasea todo. Los cirujanos están operando en el suelo, la gente tiene que alumbrar con teléfonos para realizar cirugías.

 

¿Cómo fue el trabajo de MSF mientras estuviste allá?

Me encuentro agradecida con MSF porque hicieron todo lo posible por traerme de regreso a casa, se tomaron el tiempo de planear una salida para nosotros. Sin embargo, mi pensamiento está con todos los compañeros, compañeras, toda la población civil que está en Gaza. Nosotros no nos vamos de Gaza, ni Gaza se va de nosotros.

De Médicos Sin Fronteras pedimos un alto al fuego, que paren esta masacre; que se respeten hospitales, escuelas, refugios. La gente quiere vivir, hay muchas personas que necesitan ayuda humanitaria, ejercer su derecho a la libertad de salir del país y refugiarse.

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