Dengue

El dengue es una enfermedad viral transmitida por un mosquito, que puede presentar diferentes cuadros clínicos y cuyo pronóstico es impredecible.

¿Qué es el dengue?

El dengue es una enfermedad viral transmitida por un mosquito, que puede presentar diferentes cuadros clínicos y cuyo pronóstico es impredecible. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera una enfermedad emergente que puede provocar epidemias en muchas regiones del mundo. De hecho, el número de casos se ha multiplicado por 30 en los últimos 50 años y se estima que en la actualidad amenaza a la mitad de la población mundial: hay más de 100 países endémicos.

¿Por qué se está propagando?

La propagación del dengue está relacionada con los problemas de la sociedad moderna en los países con menos recursos: la explosión demográfica, la urbanización no planificada, el deterioro de los programas de salud pública y saneamiento, y la contaminación con plásticos y neumáticos donde se estanca el agua que los mosquitos utilizan como criadero. Además, debido a la globalización, enfermos, vectores y serotipos virales se desplazan a zonas donde antes no había casos, mientras que el calentamiento global ha contribuido a ampliar los territorios donde puede vivir el mosquito y transmitirse el virus.

¿Cómo se transmite el dengue?

El dengue es transmitido por la picadura de un mosquito de la especie Aedes sp. infectado con alguno de los cuatro serotipos del virus existentes. Se presenta principalmente en zonas urbanas y semi urbanas de las regiones tropicales y subtropicales.

¿Qué síntomas tiene el dengue?

Los síntomas aparecen al término del periodo de incubación (entre tres y 10 días): la enfermedad se manifiesta entonces de forma abrupta, con fiebre de moderada a alta (que puede llegar a ser incapacitante), fuertes dolores de cabeza y ojos, y dolores musculares y de articulaciones.

Los pacientes con dengue grave sufren, entre otros síntomas, dolor abdominal intenso y continuo, vómitos persistentes, hipotensión o síncope, inflamación del hígado, hipotermia, dificultad respiratoria y hemorragias, además de padecer estados de somnolencia e irritabilidad. El dengue grave es potencialmente mortal y requiere hospitalización inmediata.

¿Cómo se trata el dengue?

El dengue no tiene tratamiento específico. Por suerte, el diagnóstico temprano y una atención adecuada reducen drásticamente la tasa de mortalidad hasta menos del 1% de los casos. El tratamiento es sintomático, es decir, que aborda los síntomas de la enfermedad: se administran antipiréticos para la fiebre y se hidrata al paciente (en los casos más graves puede ser necesaria la rehidratación intravenosa).
Recientemente ha sido aprobada una vacuna tetravalente que puede llegar a tener un impacto en la reducción de las formas graves, pero es necesaria más investigación para que pueda usarse a gran escala en los países afectados.
MSF impulsó tres ejes de intervención que pueden usarse para prevenir la enfermedad: 
  • La sensibilización y educación para que las personas conozcan qué es el dengue y qué consecuencias tiene
  • La evaluación de cada casa revisando que no hay criaderos de mosquitos y la aplicación de un larvicida para evitar la reproducción del mosquito transmisor
  • La fumigación para eliminar el mosquito adulto

MSF y el dengue

Nuestra respuesta depende de la amplitud del brote y de la respuesta del Ministerio de Salud del país afectado. Por ejemplo, en 2010, dimos apoyo al hospital pediátrico de San Felipe de Tegucigalpa durante la peor epidemia de dengue registrada en Honduras, con 66,000 casos reportados; y en 2013, la ciudad de San Pedro Sula (la segunda más importante del país) sufrió un grave brote de dengue hemorrágico y la emergencia médica fue de tal calibre que nuestros equipos tuvieron que habilitar una unidad de cuidados intensivos especializada en el principal hospital de la región. Estas intervenciones prestan especial atención a los niños, que son los más vulnerables a la enfermedad.
En el caso de Honduras, también impartimos formaciones al personal de los centros de salud: resulta crucial el temprano diagnóstico de la enfermedad, para que el paciente sea tratado lo antes posible. Asimismo, donamos medicamentos y suministros médicos.
En otros casos, como puede ser la respuesta al dengue en Acapulco (México) en 2013 y 2014, nos centramos en la prevención. Dado que la única forma de prevenirlo es el control vectorial, la eliminación del mosquito (destrucción de las larvas y fumigaciones), la mejora del saneamiento y la vigilancia epidemiológica son aspectos esenciales de toda intervención. En estas tareas, así como en la búsqueda de enfermos, apostamos por la implicación de la ciudadanía, y organizamos actividades de promoción de la salud para sensibilizar a la comunidad y formar brigadas de fumigación.

En 2017, intervenimos durante la epidemia de dengue en Burkina Faso: en colaboración con el sistema de salud nacional, realizamos pruebas rápidas de diagnóstico, la derivación de casos graves, la prescripción de los medicamentos para la fiebre y la atención a personas enfermas. También ayudamos a mejorar la detección del virus y el tratamiento de los síntomas con la administración de líquidos por vía intravenosa y transfusiones de sangre, por ejemplo. Finalmente, desarrollamos actividades de sensibilización comunitaria en los centros de salud para alentar a las personas a buscar atención médica en lugar de automedicarse. Esta intervención continuó en 2018: habilitamos una red de vigilancia y diagnóstico de casos sospechosos, ofrecimos formación al personal sanitario y ayudamos al Ministerio a crear un plan de contingencia de cara a un nuevo brote.

En 2019 asistimos a más de 5,000 personas por la emergencia de dengue en Honduras. Contratamos personal y realizamos actividades de control de vectores y fumigación en colaboración con la Región Sanitaria de Choloma. Extendimos nuestra intervención en el Hospital Nacional Mario Catarino Rivas (HNMCR) implementando el filtro para pacientes febriles en la sala de emergencia pediátrica y brindamos atención primaria en cuatro centros de salud. Por último, reformamos las actividades de promoción de la salud y aplicación de larvicidas en diez colonias de Choloma. Cuando evidenciamos una disminución progresiva pero constante del número de casos, redujimos nuestras actividades hasta finalizar nuestra intervención. Atendimos a 5.734 personas y apoyamos a más de 90.000 a través de nuestro equipo de promoción de la salud.

 

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