MSF cierra su proyecto de atención a población migrante en Guatemala 

Desplegamos equipos multidisciplinarios para atender la emergencia humanitaria debido a la masiva movilización de personas desde Sudamérica, que se registró desde 2021 hasta 2024.

Trabajador de MSF con un grupo de personas MSF estableció un punto de atención en Esquipulas, Chiquimula, en la frontera sur de Guatemala.
Miles de personas iniciaron su viaje por el sur del continente americano con el objetivo de llegar a Estados Unidos, pero en el camino sufrieron daños físicos y mentales debido a la dureza del camino y la violencia a la que fueron sometidos. © MSF
  • Médicos Sin Fronteras (MSF) operó un proyecto de Migración desde finales de 2021, previo a la gran ola migratoria que se movilizó desde el sur del continente americano, hasta junio de 2025. Durante tres años y siete meses, el objetivo fue ofrecer alivio a los padecimientos la población migrante que buscaba llegar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida. El flujo de personas se detuvo casi por completo debido a los cambios de política migratoria por el gobierno estadounidense. 

Médicos Sin Fronteras (MSF) brindó atención a 238,808 personas durante los tres años y siete meses que operó su proyecto de Migración en Guatemala. Hasta junio de 2025, la organización brindó apoyo en salud primaria, psicología, trabajo social, promoción de la salud, servicio de sanitarios, duchas, acceso a wifi y conexión eléctrica para celulares en sus dos puntos de atención. En Tecún Umán, San Marcos, inició operaciones en noviembre de 2021 y en Esquipulas, Chiquimula, en octubre de 2023.  

 

El punto de atención de MSF en Tecún Umán, Guatemala, se convirtió en un espacio seguro para la población migrante donde podía descansar del viaje. Guatemala, 2023.
El punto de atención de MSF en Tecún Umán, Guatemala, se convirtió en un espacio seguro para la población migrante donde podía descansar del viaje. Guatemala, 2023. © MSF

 

MSF desplegó equipos multidisciplinarios a estas localidades para atender la emergencia humanitaria debido a la masiva movilización de personas desde Suramérica, que se registró desde 2021 hasta 2024. Los datos de diferentes entidades, entre ellas Migración de Panamá, señalan que el 2023 fue el año en el que más personas cruzaron la selva del Darién, que divide Colombia de Panamá. Ese año fueron más de medio millón de personas, en 2024 se superó el rango de los 300,000 y en los primeros cinco meses de 2025 la cifra asciende a 2,917. En junio reportaron el ingreso de 10 personas por ese punto fronterizo.  

“El Darién se convirtió en el barómetro del movimiento masivo de personas. Quienes hicieron ese viaje se arriesgaron a realizar un trayecto de alto impacto físico, pero también lleno de peligros y riesgos debido a la existencia de grupos criminales. Tuvieron que elegir entre hacer ese recorrido para llegar a un mejor lugar o quedarse a vivir en la precariedad económica, amenazas de violencia o ausencia de derechos en sus propios territorios, tanto en América como en otros continentes”, explica Jean Hereu, coordinador del proyecto. 

Después de cruzar a Panamá, las personas iniciaban la difícil y riesgosa ruta por Centroamérica para, finalmente, llegar a México. Una vez en territorio mexicano, intentaban solicitar refugio en Estados Unidos a través de la aplicación CBP One, un sistema digital implementado para agendar citas migratorias. Sin embargo, esta herramienta tenía limitaciones importantes: no logró atender con agilidad la demanda masiva, por lo cual miles de solicitantes quedaron varados en México durante meses, mientras esperaban una oportunidad. En enero, el presidente Donald Trump, decidió eliminar la aplicación como parte de una serie de medidas anti migratorias implementadas en los primeros seis meses de su mandato.

 

Mujeres migrantes en una clínica de MSF en su paso por Guatemala. MSF iniciamos un proyecto de atención a población migrante en Guatemala, en noviembre de 2021 y finalizó actividades en junio de 2025.
MSF iniciamos un proyecto de atención a población migrante en Guatemala, en noviembre de 2021 y finalizó actividades en junio de 2025. © MSF

 

El impacto de la violencia y la vulnerabilidad en la ruta migratoria 

La mayor parte de la población que requirió la atención de MSF fue víctima de diferentes tipos de violencia, incluyendo física, psicológica y violencia sexual. A esto se añaden problemas como afectaciones respiratorias, de la piel, dolores de cuerpo o enfermedades gastrointestinales por ingerir agua contaminada y tener acceso restringido a una alimentación saludable.  

“Atendimos a 278 sobrevivientes de la violencia sexual. El 94% fueron mujeres en el rango de edad de los 18 a 35 años. Sabemos que hubo muchas más víctimas, pero tenían miedo, vergüenza o desconocimiento de su derecho a recibir atención médica por causa de su estatus como irregulares en otro país.  Por ello, además de ofrecer el esquema de prevención de infecciones y anticonceptivos de emergencia, también nos enfocamos en dar apoyo psicológico”, detalla Hereu.  

Patricia, de 24 años, quien contactó a MSF en 2025, en su viaje de retorno a Venezuela, contó que llevaba nueve meses en la ruta y que fue víctima de violencia sexual al cruzar por el Darién. “A la mayoría de los hombres les robaban y los amenazaban con una pistola en la frente. Y a uno, pues, abusaban de uno. Eso fue un incidente que yo lo sufrí, lo viví en la selva… Fue como un shock, o sea, fue como (pasar por) un desvelo. Yo no pude retomar mi fuerza, sino que decaí. Y ahí mi voluntad de seguir fueron mi hijo y mi esposo que venían conmigo”.  

 

Materiales informativos distribuidos a personas en movilidad para que conozcan la ruta y los puntos de atención de MSF en México.
Materiales informativos distribuidos a personas en movilidad para que conozcan la ruta y los puntos de atención de MSF en México. Tecún Umán, Guatemala. © MSF

 

Debido al deterioro político, económico y de derechos que vivieron en su país, la mayoría de la población atendida por MSF era venezolana, aunque en 2024 también hubo de otras regiones del mundo que también atraviesan graves crisis sociopolíticas. “Asistimos a personas de Haití, Senegal, República del Congo, Afganistán, Angola y, entre otros, Sudán del Sur, en donde las guerras civiles han dejado a su paso miles de víctimas. Esto era como ver a un campo de refugiados, pero en movimiento, con el reto de la barrera idiomática y las restricciones de acceso por el esquema que usaban para migrar, en grupos y a través de guías”, añade Hereu.  

El personal de MSF tuvo contacto directo con familias quebradas por la violencia. Mujeres violentadas, hombres que fueron obligados a presenciar la violación de sus esposas, hijas o hermanas. Niñas y niños que narraban secuestros, robos y extorsiones en el trayecto.   

En conjunto con el Ministerio de Salud y otras organizaciones de ayuda humanitaria se dio seguimiento a casos que requerían hospitalizaciones o atención especializada por enfermedades crónicas, embarazos o acompañamiento psicológico y psiquiátrico debido a lo que vivieron en su trayecto o por condiciones previamente diagnosticadas.  

 

El personal de MSF realizó recorridos en el puente internacional Rodolfo Robles, que une Guatemala y México, para identificar a personas o familias necesitadas de servicios médico-humanitarios.
El personal de MSF realizó recorridos en el puente internacional Rodolfo Robles, que une Guatemala y México, para identificar a población migrante que necesitara atención médica. © MSF

 

El cierre del proyecto ocurre después de observar el impacto de las disposiciones migratorias de Estados Unidos, que incluyen el recorte del financiamiento para ayuda humanitaria vinculada a la asistencia de personas que migran. Es necesario resaltar que, aunque el tránsito hacia el norte está prácticamente detenido, hay cientos de personas que no ven como opción volver a sus países de origen y están varadas, especialmente en México, sin opciones, incluso viviendo en situación de calle.   

Médicos Sin Fronteras hace un llamado a las autoridades de la región para que respeten los derechos humanos de las personas en movilidad. Asimismo, insta a proporcionar un trato digno y humano, con espacios habilitados para procurar su salud, alimentación y bienestar.  

 

Imagen del centro de MSF en Tecún Umán, San Marcos, Guatemala.
Vista de la clínica de MSF en Tecún Umán, donde brindamos atención médica a población migrante que llegaba a Guatemala. © Elsa Coronado/MSF

 

Médicos Sin Fronteras somos una organización médico-humanitaria internacional, neutral e independiente que aporta su ayuda a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes de origen natural o humano y de conflictos armados, sin ninguna discriminación por raza, religión o ideología política. También es parte de nuestra misión llamar la atención sobre las dificultades que enfrentan las personas que atendemos en nuestros proyectos. Recalcamos que nuestra atención se centra en el paciente y todos nuestros servicios son gratuitos para todas las personas que necesiten, desde consultas médicas, cuidados de enfermería, soporte psicológico, medicamentos, acciones de prevención y promoción de salud. 

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