“Amputar niños huérfanos cada día y verlos deprimidos es una imagen devastadora en Gaza”, Dr. Aldo Rodríguez, cirujano mexicano de MSF  

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MSF contonúa brindando asistencia médica humanitaria en el sur de Gaza
Aldo Rodríguez, médico cirujano de MSF, estuvo en Gaza. © MSF

El Dr. Aldo Rodríguez realizó entre 20 y 25 intervenciones quirúrgicas al día en uno de los pocos hospitales que quedan operativos en Gaza, que cuenta con el apoyo de Médicos Sin Fronteras (MSF). Sus pacientes, la mayoría niñas y niños menores de 12 años, han perdido extremidades como consecuencia de los bombardeos. Este médico de 38 años, nacido en Monterrey, relata lo que vio en Gaza: niños sin familia ni hogar, devastación y recuerdos rotos. 

 Por Laura Panqueva, directora de comunicación de MSF en México y Centroamérica 

 

El doctor Aldo Rodríguez comenzó a trabajar en el mundo humanitario en 2018, con la especialidad en cirugía. Este tipo de médicos son los más necesarios en zonas de conflicto, donde tratan a los heridos con rapidez porque los centros de salud suelen ser inaccesibles o no funcionan. Además de Gaza, ha trabajado en contextos que sufren violencia aguda -a menudo, en medio de crisis olvidadas- como República Democrática del Congo (RDC), Burundi, Yemen y Sudán.    

 En noviembre, tras una misión en Jartum (Sudán) -donde MSF ayuda a heridos en los combates y a enfermos crónicos-, el Dr. Rodríguez aceptó ir a Gaza, tras evaluar el impacto humanitario de los ataques sobre la población civil. Sabía que entrar en el territorio sería el primero de muchos retos.  

“Tras esperar un mes en Egipto, el 14 de noviembre [un equipo de 13 especialistas de MSF] entramos en Gaza por el paso fronterizo de Rafah”, cuenta el Dr. Rodríguez. “Allí, nos instalamos en un refugio para todos”. En esas primeras horas, recuerda el estrés de oír drones sobre sus cabezas, “todo el día, sin parar”. Explica: “Ni siquiera por la noche puedes dejar de oírlos. Es estremecedor ver todo en ruinas, gente buscando comida bajo los escombros, filas interminables para conseguir un poco de pan. No hay lugar en Gaza que no tenga un edificio destrozado”.  

Preparado para proporcionar todo el apoyo médico posible, el equipo llegó en pocos días al Hospital Nasser de Khan Younis, que se ha convertido en “el hospital más grande de Gaza tras el cierre de Al-Shifa en el norte”, según el Dr. Rodríguez. “Tenía el doble de pacientes de los que podía atender. La gente también lo utiliza como refugio. Los hospitales son como mercados, porque hay gente por todas partes y ni siquiera se puede caminar. Todos los días hay urgencias y víctimas de bombardeos. Muchos niños y mujeres”.   

Al tercer día de tratar a pacientes que necesitaban cirugía reconstructiva y de trabajar junto a profesionales locales obligados a evacuar el norte, un misil cayó a menos de un kilómetro de distancia, en un campo de personas refugiadas, que suelen ser escuelas o espacios sobrepoblados, donde había muchos niños, niñas y mujeres.    

MSF contonúa brindando asistencia médica humanitaria en el sur de Gaza
Aldo Rodríguez, médico cirujano de MSF. ©MSF

 

“Sentimos temblar el hospital, crujir las ventanas. En 10 minutos empezaron a llegar ambulancias. En menos de una hora recibimos a 130 pacientes, y lo más triste es que más de la mitad llegaron sin vida. Unos 30 niños murieron. En lugar de ver niños jugando o descansando, lo que se ve es desgarrador: niños con amputaciones, mujeres con quemaduras graves. Llegan en muy mal estado y tenemos que hacer terapia intensiva”. 

Una semana después, el Dr. Rodríguez se trasladó al hospital Al-Aqsa de Middle Area. El hospital tiene capacidad para 200 camillas, pero debido al elevado número de personas, ya dispone de unas 400. Allí, MSF sigue apoyando el triaje -el proceso de identificar a los pacientes según la gravedad de su estado- y ofrece atención para heridas leves y cirugía.  

“Los ataques son muy potentes y los afectados llegan con traumatismos cerebrales graves, inconscientes, con lesiones traumáticas y [a menudo] sin una pierna o un brazo, [requiriendo] cirugía de control de daños. Traté a muchas mujeres y niños”.  

El Dr. Rodríguez realizaba entre 20 y 25 operaciones al día, incluso a pacientes muy jóvenes que llegaban sin familiares. “Tuve casos de menores de 1 y 2 años, víctimas de bombardeos, con amputaciones traumáticas de la pierna, a la altura de la ingle. Debido al elevado número de niños que llegaban sin ningún familiar, empezamos a utilizar esta terminología: ‘niño herido, sin familia sobreviviente’ [WCNSF, por sus siglas en inglés]”.  

“Todos los días veía a estos niños solos y desolados. Algunos decían que estaban jugando justo antes de ser atacados. Tras la amputación quedan deprimidos, sin ganas de hablar. Es una situación dramática, porque no se trata solo de la operación, sino de todo lo que viene después. No tienen adónde ir. Aunque les den de alta, se quedan por ahí porque no saben qué hacer. Puede que mejoren físicamente, pero mentalmente están destruidos“. 

MSF contonúa brindando asistencia médica humanitaria en el sur de Gaza
Aldo Rodríguez, médico cirujano de MSF. ©MSF

 

Aldo cuenta que tanto los médicos locales como los habitantes de Gaza le pidieron que hablara y describiera el dolor que sufren. “Los gazatíes se sienten abandonados. Sienten que a la comunidad internacional no le importa su situación. Sienten que nadie les escucha.  Me dijeron que alzara la voz para hacerles saber que no es justo lo que viven”.  

La situación actual es alarmante. La frontera está cerrada. No hay combustible, ni comida, ni agua. La gente está cada vez más desesperada. Bombardeos todos los días. No hay ambulancias. Los ataques a hospitales son un hecho. “MSF hace lo que puede con recursos limitados. En términos quirúrgicos, hemos contribuido instalando quirófanos. Y se están creando centros de salud para el seguimiento de pacientes con heridas, pero también enfermos por las malas condiciones, o con enfermedades crónicas degenerativas”. Los esfuerzos son imparables. Sin embargo, las necesidades y secuelas que han dejado estos tres meses de ataques implacables son profundamente desgarradores. El asedio y los bombardeos deben cesar ya”. 

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