Se cumplen 40 años de la devastadora crisis de desnutrición ¿Qué ha cambiado?

Distribución de alimentos en Darfur Sur Un equipo de MSF prepara vales que son entregados primero a la personas antes de ser canjeados por cestas de alimentos.
Un equipo de MSF prepara vales que son entregados primero a la personas antes de ser canjeados por cestas de alimentos. Darfur, SUdán. © Abdoalsalam Abdallah

Hace 40 años, la atención mundial sobre la devastadora crisis de desnutrición causó indignación internacional. ¿Qué ha cambiado ahora?, pregunta el Dr. Neal Russell, pediatra de Médicos Sin Fronteras (MSF).

– “Recuerdo la hambruna en Darfur, Sudán, en 1985”, me dice la enfermera sudanesa. “Recuerdo tener seis años, ver las lágrimas en los ojos de mi hermana pequeña cuando corrimos hacia el helicóptero que lanzaba comida del cielo”.

– “Recuerdo 1985”, me dice el médico estadounidense, “con ocho años, cantando ‘We are the World’ en nuestra clase para recaudar fondos para combatir la hambruna”.

“Recordamos 1985”, me dicen mis padres, “viendo a David Bowie y el video de niños muriendo de hambre en Live Aid cuando eras un bebé en nuestros brazos”.

 

Paciente de MSF en una prueba de desnutrición en Zamzam
Crisis de desnutrición enDarfur, Sudán. Jamila, de 2 años, en una prueba de detección de MUAC para evaluar su estado nutricional.  © Mohammed Jamal

 

Innegable

En 2025 es el 40.º aniversario de Live Aid. Hay mucho que decir al respecto. Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció el mal uso de los fondos de Live Aid en Etiopía en aquel momento, y el evento perpetuó las narrativas estigmatizadoras de victimización y salvacionismo blanco.

Pero lo que no se puede negar es la indignación y la preocupación generalizadas por la muerte innecesaria de seres humanos. Algunos espectadores quedaron tan impactados por la amplia cobertura de niños y niñas con desnutrición severa que donaron sus anillos de boda para combatir la hambruna.

“Sorgo Reagan” es como los habitantes de Darfur llamaban a la harina que recibían durante la hambruna que azotaba Sudán en la misma época, llamada así en honor al entonces presidente de Estados Unidos, de donde provenía la mayor parte de la ayuda. Todavía se puede pedir “Sorgo Reagan” en los mercados de Darfur, fruto de las semillas que cayeron de aquellos helicópteros.

Una nueva normalidad

Ahora, en 2025, con la hambruna declarada oficialmente de nuevo en medio de la guerra en Sudán, las semillas de solidaridad internacional sembradas en el pasado parecen haberse marchitado. Las entregas más notables que llegaron a Darfur a principios de este año fueron cartas de USAID instando a las agencias humanitarias a detener sus actividades.

 

Personal cargando alimentos en un camión de MSF para trasladarlos al lugar de distribución de alimentos en Nyala, Darfur Sur.
Personal cargando alimentos en un camión de MSF para trasladarlos al lugar de distribución de alimentos en Nyala, Darfur Sur, como respuesta a la crisis de desnutrición. © Abdoalsalam Abdallah

 

Conocí a trabajadores humanitarios allí que me comentaron que, como resultado, estaban interrumpiendo abruptamente el tratamiento vital para niños y niñas con desnutrición o suspendiendo sus planes.

Algunas de esas actividades se reanudaron posteriormente, pero el rumbo es claro: se han restablecido las expectativas. Se ha establecido una nueva normalidad, donde las muertes que podrían haberse evitado ahora se aceptan.

La historia…

1985 fue un momento crucial para el alivio de la hambruna. Hubo muchos problemas con la asistencia para la hambruna en Sudán en ese momento. Una de las críticas más serias fue la demora en el reconocimiento y la respuesta del gobierno y la comunidad internacional. Muchas muertes se evitaron gracias a la asistencia alimentaria recibida, pero aun así, alrededor de 100,000 personas, en su mayoría niños y niñas, murieron innecesariamente solo en Darfur. Como resultado, se establecieron sistemas de alerta temprana de hambruna, como FEWS Net, para impulsar una respuesta más rápida, y se generó un consenso internacional de que las muertes por hambruna pueden y deben prevenirse.

Durante los siguientes 40 años, la mortalidad por hambruna ha alcanzado un mínimo histórico, algo que incluso los críticos académicos más destacados del humanitarismo coinciden en que está relacionado en gran medida con el aumento de la ayuda humanitaria. Incluso se sugirió,  en 2018, que mediante la acción internacional, la hambruna podría haber sido finalmente superada.

 

Personal de MSF descarga el camión para preparar una distribución de alimentos en las afueras de Nyala, Darfur Sur, Sudán, febrero de 2025.
Personal de MSF descarga el camión para preparar una distribución de alimentos en las afueras de Nyala, Darfur Sur, Sudán, febrero de 2025. © Abdoalsalam Abdallah

 

La crisis de desnutrición ha vuelto

Pero la hambruna regresó. La hambruna requiere no solo asistencia alimentaria y nutricional, sino también una respuesta humanitaria más amplia, especialmente médica. Esto se debe a que la desnutrición debilita el sistema inmunitario, lo que significa que quienes mueren en una hambruna a menudo sucumben, en particular, a enfermedades infecciosas. La ayuda humanitaria internacional y la asistencia alimentaria a Darfur han sido extremadamente insuficientes desde el comienzo de la guerra actual.

Existen múltiples razones: la situación de seguridad; la destrucción de los almacenes del Programa Mundial de Alimentos; y las barreras burocráticas y políticas que impiden el flujo de ayuda a través de las fronteras y los frentes. Sin embargo, este año, la financiación también es una preocupación primordial. Con los recortes de los gobiernos en los presupuestos de ayuda, el Plan de Respuesta Humanitaria de la ONU para Sudán solo contaba con un 14% de financiación a finales de junio. Esto a pesar de que los análisis muestran que la situación está empeorando, con al menos 638,000 personas enfrentándose a niveles catastróficos de hambre.

2025

Veo a otro niño hambriento en el regazo de su madre en Nyala, Darfur Sur. Parece triste. ¿Por qué es él, en particular, quien debe sufrir este fracaso colectivo? Su madre está agotada, pero decidida a que su hijo reciba tratamiento nutricional. La banda de medición con código de colores se desliza sobre su piel suelta. Le cuesta expresar su objeción a lo que está sucediendo. Con cuidado, la banda se ajusta para indicar su estado nutricional. Rojo de nuevo: desnutrición severa. El tercer niño así en los últimos cinco minutos. Ni siquiera ha llegado la brecha del hambre. Esto no es normal. Es una emergencia. Para eso está la ayuda humanitaria: cuando los sistemas locales están desbordados.

 

Una familia regresa a casa tras recibir canastas de alimentos en una distribución en Darfur Sur. Sudán, enero de 2025.
Una familia regresa a casa tras recibir canastas de alimentos en una distribución en Darfur Sur, como respuestaa la crisis de desnutrición. Sudán, enero de 2025. © Abdoalsalam Abdallah

 

Testimonio

Sin embargo, en este momento en que se requiere urgentemente una ampliación rápida y masiva de la ayuda humanitaria, los recortes de ayuda corren el riesgo de sofocar la respuesta. En 1985, los debates se centraban en cómo se podía brindar la ayuda humanitaria de forma más eficaz y cómo se podían salvar más vidas con una intervención temprana. En 2025, gobiernos como el de Estados Unidos han estado litigando para retener la ayuda exterior.

¿Qué queda del imperativo humanitario? ¿El derecho a la vida? Los gobiernos están desestimando la idea de salvar vidas como una herramienta de “poder blando” que ha pasado de moda.

A medida que se cierran los programas humanitarios vinculados a la financiación gubernamental, no serán los políticos que realizan esos crueles cálculos quienes darán testimonio del sufrimiento, la muerte, los cuerpos y rostros humanos afectados por sus decisiones en lugares remotos. Serán las familias en el terreno quienes recordarán, y los equipos del cada vez menor número de organizaciones que se han quedado durante la crisis.

Quizás el malentendido más trágico e imperdonable que se está transmitiendo en los informes del 40º aniversario de Live Aid ha sido la idea de que la hambruna es un “problema imposible”. No lo es. Hemos aprendido mucho desde Live Aid, y como Médicos Sin Fronteras sabemos que es totalmente innecesario que los niños y niñas mueran de hambre y brotes de enfermedades.

Independientes de los gobiernos y financiados por particulares que aportan lo que pueden, continuaremos e intentaremos ampliar nuestro apoyo. Sin embargo, no podremos satisfacer las enormes necesidades solos.
“Recuerdo el 2025”, dirán muchos. La pregunta sigue siendo qué historia se contará…

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