Venezuela: Las cosas pequeñas hacen una gran diferencia

Maritza Regardiz, MSF
Maritza Regardiz, MSF

Maritza Regardiz es una médica venezolana que ha estado trabajando con Médicos Sin Fronteras (MSF) en su país para mejorar el acceso a la atención médica de las mujeres y sus bebés. Nos compartió en este texto la historia de una mujer joven que llegó a la clínica y orilló al equipo a actuar con rapidez.

“Era una joven de 38 semanas de embarazo, tal vez 39. Estaba muy cerca de su fecha de parto. Llegó al hospital donde yo trabajaba en una zona remota del estado de Sucre, al noreste de Venezuela. Yo estaba allí como parte de mi trabajo con MSF para brindar apoyo a las autoridades locales y al personal sanitario.

La mujer tenía dolor abdominal. Como médica pensé inmediatamente que estaba en las primeras fases de la labor de parto.

Pero no era solo eso.

Cuando la enfermera y yo la examinamos, descubrimos que la mujer tenía mucha fiebre. Estaba extremadamente deshidratada. Sin duda estaba en trabajo de parto, pero había algo más que no estaba bien.

La malaria es endémica en muchas zonas de Venezuela, incluida esta. Le hicimos una prueba rápida a la mujer y dio positivo.

En las mujeres embarazadas, el paludismo se considera una emergencia obstétrica porque puede causar complicaciones con los recién nacidos. Para reducir los riesgos, la mujer ya debería haber recibido tratamiento contra esta enfermedad, pero era la primera vez que acudía al centro de salud.

Y su bebé iba a nacer pronto.

Mientras nos apresurábamos a hacer los preparativos, mi mente recordó a otra joven con paludismo, a la que había tratado muchos años antes.

Salud sexual en Bolívar Venezuela
En la sala de espera del área de consulta en el Hospital José Gregorio Hernández, las mujeres de Tumeremo en el estado Bolívar al sureste de Venezuela, esperan ser atendidas. Acuden para obtener un anticonceptivo, para tratar un síntoma o para informarse. © Matias Delacroix

 

Otra fiebre

En Venezuela, cuando te gradúas en la facultad de medicina, tu primer trabajo siempre lo haces en una zona rural, donde a menudo hay dificultades de acceso a la atención médica.

El mío fue en una comunidad indígena muy remota en el sur del país. Yo era la única médica allí, recién graduada de la facultad de medicina, cuando hubo un brote de malaria. Soy de Caracas, la capital de Venezuela, así que no tenía mucha experiencia con las enfermedades tropicales en ese momento.

Una mujer joven llegó a la clínica.

Tenía mucha fiebre. Le había dado miedo acudir a la clínica porque su padre había muerto recientemente con síntomas similares.

Esta joven tenía malaria complicada, una enfermedad peligrosa. Necesitaba cuidados intensivos, pero en aquel lugar tan remoto no tenía los recursos para tratarla, ni siquiera para trasladarla a un hospital con las instalaciones adecuadas.

Tras una larga y difícil noche, intentando estabilizarla con lo que teníamos a la mano, finalmente conseguí que la trasladaran a un hospital. Eran las tres de la mañana.

Lamentablemente, murió en el camino.

Cerrando la brecha

Ese momento cambió mi vida. Hasta entonces, tenía planeada mi carrera. Iba a hacer mis prácticas en la zona rural y luego comenzaría una formación adicional para convertirme en cirujana.

Sin embargo, sabía que si esta mujer hubiese tenido acceso a una mejor atención médica, podría haberse salvado. No dejaba de pensar en eso. Por lo tanto, hice un nuevo plan. Quería trabajar para cerrar la brecha de comunidades como la de ella.

Cuando terminé mi estancia en esa zona rural, seguí trabajando con comunidades indígenas. Y eventualmente conseguí un trabajo en Médicos Sin Fronteras.

Eso fue lo que me trajo a ese momento en Sucre: a otro pequeño centro de salud y junto otra joven enferma de malaria.

“La consolidación de la consulta de planificación familiar ha sido un gran logro durante mi trabajo en Médicos Sin Fronteras. Las pacientes son atendidas por un equipo médico especializado compuesto por personal de MSF y personal del hospital previamente capacitado”. Jusluis, Médico Gineco-obstetra de MSF. © Jesus Vargas / MSF

 

Un desenlace diferente

Esta vez las cosas eran diferentes: a estas alturas tenía años de experiencia en el manejo de enfermedades tropicales. MSF donó una ambulancia para que se hicieran derivaciones de forma segura cuando fuera necesario.

Rápidamente nos coordinamos con el hospital que MSF apoya en Carúpano, la capital del estado.

Gracias al sistema de derivaciones que MSF estableció, la mujer fue en ambulancia y llegó al hospital a tiempo.

Hubo complicaciones con el bebé al nacer y pasó un tiempo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero al final tuvimos a una madre y a un bebé sanos.

Pequeños cambios

El proyecto de MSF en el que trabajé en Sucre se enfocaba en la salud reproductiva y sexual, con el objetivo de reducir las tasas de mortalidad materna y neonatal. Anteriormente, los equipos de MSF en el estado se habían enfocado específicamente en la malaria, y seguíamos donando tratamientos antipalúdicos a los centros de salud venezolanos de la zona.

Si no hubiéramos estado allí para esta mujer, o si la ambulancia no hubiera estado disponible, o si el hospital no hubiera tenido los recursos, el bebé probablemente habría muerto antes de llegar al hospital, y la madre habría tenido complicaciones que habrían puesto en peligro su vida.

En muchos sentidos se trata de cosas pequeñas -un curso de medicación contra la malaria, un proceso mejorado para los traslados-, pero realmente me mostró el enorme impacto que pueden tener las cosas pequeñas.

 

Un agradecimiento

Quiero dar las gracias a quienes contribuyen a MSF. Sin donaciones como las de ustedes, no hubiera sido posible para nosotros realizar las pequeñas acciones que tienen un impacto tan grande en las vidas de tantas personas, y particularmente para aquellas que viven en comunidades como las de estas mujeres o aquellas afectadas por crisis.

Para mí, una integrante de MSF en un país que vive una crisis humanitaria, que ha sido una paciente y ha visto de primera mano las consecuencias del colapso de un sistema de salud; es increíble ver cómo MSF ayuda a fortalecer ese sistema y darnos los recursos para tratar a pacientes.

Ustedes nos ayudan a conseguir los recursos que ayudan a salvar vidas.

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